Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los agentes actuaron de forma desproporcionada durante la identificación y posterior detención de un joven que se saltó el toque de queda en noviembre de 2020
La Fiscalía reclama ocho años y medio de prisión, además de otros 16 de inhabilitación, para cuatro agentes de los Mossos d’Esquadra acusados de la detención ilegal, lesiones y falsificación del atestado policial durante las restricciones por la pandemia del coronavirus en la segunda ola de 2020.
Según sostiene el Ministerio público en su escrito de acusación, los hechos se produjeron el 13 de noviembre de 2020 cuando varias personas paseaban de noche por la calle Nou de Dulce de Barcelona infringiendo de esta manera el toque de queda derivado del Estado de alarma decretado por el Gobierno.
Un comentario desencadenó los hechos
En ese momento, les paró una patrulla de los Mossos que procedió a identificarlos. Fue entonces que una de las personas del grupo recriminó a los agentes que “se centraran en su identificación cuando acababan de robarle cinco euros a un amigo”, de manera que -añadió la presunta víctima - era “más importante” que la policía se dedicara a “perseguir a los ladrones”.
Este comentario, según el escrito del fiscal, molestó al cabo que estaba realizando las identificaciones lo que provocó que le propinara una bofetada al joven (I.H.). Luego, lo empujó hacia la pared, lo tiró al suelo, lo arrastró y le inmovilizó, dándose el joven un golpe en la cabeza.
Supuestas vejaciones
Cuando el chico gritó para pedir ayuda, los otros tres policías acusados fueron a ayudar al cabo, mantuvieron al joven inmovilizado durante varios minutos "llegando para ello a recostarse encima suyo, dificultando su respiración, y a sujetarle las piernas a la altura de los tobillos", añade el escrito de acusación.
En aquellos momentos, mientras era inmovilizado en el suelo, los agentes supuestamente lo habrían vejado diciéndole al oído frases como "eres escoria, una mierda”. Además, el afectado fue detenido bajo la falsa acusación de haber propinado una patada al cabo, hechos que no sucedieron, tal como muestra el vídeo del momento. De ahí, que se les acuse también de falsear el atestado policial.
Además, la intervención policial provocó que el joven sufriera varias lesiones físicas de carácter leve, así como un cuadro de sintomatología postraumática, por lo que necesitó terapia psicológica durante unos meses.
Apartados de su puesto de trabajo
Por estos hechos, la Fiscalía atribuye a los cuatro mossos, apartados provisionalmente del ARRO de la cual formaban parte, un delito contra la integridad moral, uno de detención ilegal, otro de lesiones y otro de falsedad en documento oficial.
Por su parte, la acusación popular que ejerce Irídia (centro que defiende los derechos civiles y políticos) afirma que el cabo, desde el principio, "mostró una actitud agresiva, gritando a los jóvenes" y cogió al denunciante por el cuello, lo estampó contra una persiana que tenía detrás, lo separó del resto de chicos y le dio una patada en las piernas y un golpe en la nuca. Este colectivo solicita una pena mayor de 15 años de prisión y 22 de inhabilitación.
Con todo, durante la instrucción del caso y a raíz de la visualización del video, el juez decidió archivar la denuncia contra el joven, al probarse que en ningún momento agredió a los agentes.