Giro inesperado en el proceso d’eutanasia de Marún Eugen Sabau, conocido con el sobrenombre de ‘pistolero de Tarragona’. Este miércoles La Ser adelantaba que el Juzgado de Instrucción 5 de Tarragona ha decidido ahora paralizar todos los protocolos de la muerte asistida ante los recursos presentados por las víctimas (3 excompañeros de la empresa Securitas y dos agentes de los Mossos).
Hasta que no se resuelvan los recursos no hay veredicto
Así es como las distintas acusaciones han presentado sendos escritos pidiendo que se revise la decisión de la instructora que, el pasado 6 de julio, dio luz verde a la aplicación de la eutanasia. La magistrada argumentó entonces que la ley no le permite interferir en el proceso y que el derecho a la muerte digna prevalece por encima de todo lo demás.
Ahora, sin embargo, la magistrada ha decidido paralizar el proceso para revisar dichas solicitudes. Entre los argumentos de las víctimas también se alega por que Sabau, en todo caso, sea juzgado antes de recibir la muerte asistida, y no el próximo 28 de julio, como estaba previsto.
Sabau se aferra a su versión de los hechos
Con todo, la primera aprobación de la justicia adelantó una nueva declaración del acusado que se prestó a contestar a las preguntas de su abogado el pasado lunes 11 de julio. Los hizo por vía telemática y desde el Hospital Penitenciario de Terrassa, donde se encuentra desde su detención. En su exposición se aferró a que los agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) le dispararon sin antes intentar negociar con él.
Dicha declaración difiere radicalmente de la versión de la policía catalana, que aseguró en el momento de los hechos que los agentes del GEI tuvieron que dispararle tras efectuarse varios tiros cruzados, cuando se atrincheró en una casa abandonada en Riudoms (Tarragona). Los disparos que impactaron contra sus brazos y piernas fueran las causas de que Marin Eugen Sabau, de 46 años, sufriera una lesión medular y la amputación de una de sus piernas. Motivos en los que ampara su proceso de eutanasia.
El día de los hechos
Así pues, el pistolero de Tarragona, vecino de Alcover, entró el pasado 14 de diciembre en su antigua sede de Securitas en Tarragona, ubicada en la plaza del General Prim, y disfrazado con una gorra y una peluca abrió fuego contra sus excompañeros. Descerrajó varios tiros contra el gerente, que quedó en estado crítico. Después contra otro trabajador que intento frenarle y, finalmente, disparó también a la jefa de servicio. Eran las 11:15 de la mañana. Luego, huyó conduciendo su propio vehículo, un Citroën Xsara gris.
Los Mossos d’Esquadra rápidamente se movilizaron, poniendo en marcha un dispositivo “jaula” para evitar que huyera. En este contexto y en el marco de su huida, disparó también a un agente de los Mossos que le identificó en un control, hiriéndole en un brazo. Tras disparar contra los Mossos, Sabau condujo hasta una masía abandonada en Riudoms, a pocos kilómetros. Un vecino le advirtió y avisó a los Mossos. Fue entonces que el Grupo Especial de Intervención (GEI) montó el dispositivo que logró su detención.
Cinco homicidios en grado de tentativa
Con todo, Marin Eugen Sabau, además de los cinco homicidios en grado de tentativa, también está acusado de tenencia ilícita de armas y de atentar contra los agentes de la autoridad. Según la investigación de los Mossos d'Esquadra, el motivo del ataque fue que lo habían echado del trabajo.