La televisiva médium, Pepita Vilallonga, se presenta en su programa de esoterismo y videncia como especialista en desvelar el futuro de los telespectadores a cambio de una suculenta cifra de dinero. Sin embargo, parece que a esta mujer, de presunta habilidad innata para contactar con espíritus y leer cartas, le han fallado los poderes. Vilallonga no ha sido capaz de predecir su propio y aciago destino.
El 9 de noviembre, tanto la vidente como dos miembros del equipo de la tienda de esoterismo que regenta en la calle Mallorca de Barcelona, tendrán que sentarse ante el magistrado de la Audiencia de Barcelona. Se les acusa de haber estafado a una televidente de avanzada edad que estaba sumida en una profunda depresión, fruto de problemas familiares y económicos.
El Tribunal que la juzgará el próximo otoño considera que la vidente y su gabinete cometieron un delito de estafa agravada y los acusa de pertenencia a grupo criminal. Supuestamente, los acusados habrían orquestado un engaño para que la víctima, de 77 años y extremadamente vulnerable por su condición psíquica, desembolsara una cantidad de 31.400 euros a cambio de "un tratamiento esotérico que le iba a librar de un mal de ojo y salvarla así la vida".
“Llevas la muerte a la espalda”
Los hechos se remontan a noviembre de 2016, cuando la presunta víctima llamó al programa presentado por Vilallonga para “unas tiradas de tarot”. Durante la llamada telefónica, los miembros que componen el gabinete de la polémica vidente evaluaron el grado de vulnerabilidad emocional de la mujer. Tras comprobar su estado anímico, le crearon un miedo infundado sobre una muerte que auguraban de forma inminente. “No durarás ni una semana”, le dijeron al otro lado del hilo telefónico. “No creo ni que llegues a diciembre”, “has llamado demasiado tarde” o “llevas la muerte a la espalda”, son solo algunas de las duras palabras que la mujer tuvo que escuchar del equipo de Vilallonga durante varios días. Ante el temor de la muerte venidera, la mujer acabó cediendo y desembolsó, en un intento de aferrarse a la vida, más de 31.000 euros fraccionados en tres pagos.
Los abogados de la víctima, que reclaman la devolución íntegra del dinero, argumentan que el pago provenía de los escasos ahorros de la mujer, que es pensionista, y que este engaño tuvo un grave impacto en la economía familiar de la víctima al no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca o a la manutención de su hija.
En el escrito de acusación presentado por el letrado de la presunta estafada se solicita, además, una pena de 8 años de prisión y una multa de 3.600 euros para cada uno de los tres procesados por estos dos delitos. Sin embargo, tanto la Fiscalía como los letrados de los acusados piden la absolución de la vidente y su equipo al considerar que el pago fue hecho de forma voluntaria y que no existió ningún engaño.