Estos hechos se juzgaron en marzo de 2022 y, aunque la sentencia se ha demorado un poco, la Audiencia de Barcelona ha emitido recientemente un fallo condenatorio de cinco años de prisión por un delito de violación
La noche del 5 de julio de 2019 la vida de Paola G.A., por entonces de tan solo 17 años recién cumplidos, cambió de forma radical tras cruzarse por el camino con Guillermo Arbey Pérez, de nacionalidad colombiana y de24 años, su violador. Paola salió de fiesta esa noche con dos amigas a la zona de ocio del Puerto Olímpico de Barcelona. Estuvieron un rato en la playa y luego, sobre las 2.00h, se decidieron a entrar en una de las discotecas del muelle, donde permanecieron durante dos horas hasta que la joven se percató de que no tenía el teléfono móvil.
Fuera del local se cruzó con Guillermo Arbey
Angustiada salió al exterior. Estaba algo aturdida e inquieta por la pérdida de su teléfono y, además, la ingesta de alcohol y cannabis le mermaron sus facultades, dejándola algo desubicada. Por eso, abatida, decidió sentarse fuera del establecimiento a la espera de sus dos amigas, a quienes había perdido de vista y ya no podía contactar.
En ese momento, sobre las 5:30 horas de la madrugada, Guillermo Arbey Pérez se cruzó con ella, la vio sola y se acercó. Tras escuchar el relato de la joven y constatar su visible estable de aturdimiento, el acusado no dudó en abordarla con el único objetivo de satisfacer sus deseos sexuales con independencia de la voluntad de la joven.
La engañó con la excusa del teléfono móvil
Es por ello, por lo que el procesado la engañó y le hizo creer que sabía dónde se encontraba el teléfono que había perdido. Aprovechándose del estado de confusión de la joven, la acompañó hasta una zona apartada entre los restaurantes del Puerto Olímpico donde no había tránsito de personas.
Ahí, como se ve en las imágenes a las que ha tenido acceso ELTAQUIGRAFO.COM, Guillermo la golpeó en la cabeza, dejando a la joven desplomada en el suelo. Seguidamente, el acusado la cogió en brazos y se escondieron detrás de una jardinera, cuyas plantas ocultaban parcialmente la visión. Entre los matojos, y como ha quedado probado durante el juicio oral, Guillermo intentó desnudarla de cintura para abajo, aunque sin éxito.
La joven intentó repeler la agresión
La joven, aturdida por el brutal golpe que acababa de recibir, intentó zafarse de él “con las escasas fuerzas de que era capaz” y como opuso mucha resistencia su violador no pudo quitarle la ropa. Sin embargo, Guillermo, lejos de dejarla marchar, “le sujetó con fuerza la cara y consiguió introducir su pena en la boca de la adolescente, obligándola así a practicarle una felación”.
Tras ello abandonó el lugar. Acto seguido dos jóvenes encontraron a la víctima llorando entre las jardineras y salieron corriendo a por Guillermo, que seguía por la zona. Aunque no lograron retenerlo, sí que pudieron aprehender su teléfono móvil que le había caído durante la huida. El dispositivo fue entregado de inmediato a las autoridades policiales y utilizado como prueba para localizar al agresor.
Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió lesiones en la cara, los codos y las rodillas.
Cinco años de prisión
Guillermo Arbey fue juzgado por estos hechos en marzo de 2022 y, aunque la sentencia se ha demorado un poco, la sección novena de la Audiencia Provincial de Barcelona ha emitido recientemente la sentencia que lo condena a cinco años de prisión por un delito de violación. Además, se le impone una pena de sesenta días de multa a razón de 8 euros diarios por un delito leve de lesiones, así como una indemnización de 8.000 euros por los daños morales causados.
Paralelamente, el tribunal ha ordenado una orden de alejamiento de 100 metros por cinco años una vez superada la pena privativa de libertad.