Juan Claver no puede más. Después de 15 denuncias archivas por presunta violencia de género, su guerra judicial sigue sin darle tregua. La última sentencia le condena a 7 meses de prisión por vulnerar presuntamente una orden de alejamiento contra la madre de su hija. La mujer, sin embargo, ha reconocido ya que Juan no ha vulnerado nada y aun así el procedimiento ha seguido adelante: culpándolo. Le han condenado, asegura Claver, sin tener en cuenta la versión de la madre y sin haber podido localizar a uno de los testigos principales. Su palabra contra la de la autoridad.
La historia de Juan se ha cultivado en las cloacas de nuestro, a veces incompetente, sistema judicial. Unas leyes y una burocracia que han terminado ahogando a este hombre, que se ha quedado “desnudo” en medio de una guerra por querer reconocer su derecho como padre. Su historial de denuncias cruzadas con la madre de la niña lo ha etiquetado ante la sociedad, sin embargo, todas han sido retiradas, archivadas o suspendidas. Nunca agredió a la madre de su hija. No hay condena firme en este sentido, pero es culpable a ojos de las instituciones. Él, asegura, solo ha luchado para tener la filiación paternal de la pequeña. Los juzgados de Vilanova i la Geltrú, dice,han gestado su falsa reputación.
Ha tenido que dejar de hacer su vida con normalidad
“He tenido que dejar de ir a los sitios donde iba. Ya no juego al pádel, ni voy de fiesta donde solía ir. Vilanova i la Geltrú es muy pequeño y me acababa encontrando a los jueces, fiscales y policías que en su día fueron amigos y ahora me están juzgando por algo que yo no he hecho. No me dejan hablar en sede judicial, no puedo explicarme, hacen las cosas mal y esta última vez me han condenado sin pruebas”, lamenta a preguntas de esta redacción.
La última condena, de 7 meses de prisión, ya ha sido recurrido ante la Fiscalía y en la Audiencia provincial de Barcelona. Se le acusa de quebrantar la orden de alejamiento que tiene impuesta contra la madre de su hija pequeña. El supuesto día del quebrantamiento, Juan iba en un coche acompañado de un trabajador de la obra. Ambos iban con bastante dinero en efectivo para pagar material relativo a la construcción. Los Mossos les dieron el alto y cree que lo confundieron con un narcotraficante al ir circulando por el barrio de San Cosme de Badalona, donde se producen varias redadas antidroga. Cuando pudo explicarse ya era demasiado tarde y el atestado había sido enviado. Al poner su nombre en el servidor les saltó que tenía una orden de alejamiento y, al parecer, tiraron por ahí. Denuncia, en este sentido, que dichos atestados policiales fueron manipulados.
Lamenta sentirse culpable a ojos de las instituciones
Se celebró el juicio sin contar con la presencia del trabajador que iba con él en el coche. Y, a pesar de que la madre ha reconocido no tener nada que ver con estos hechos, ni encontrarse en el auto en ese momento, el juez de Vilanova ha decidido imputarlo. Ha pagado 5.000 euros para no entrar en prisión, pero ya no puede más. Exige que se celebre un juicio justo con todas las garantías, con los testigos de los hechos y partiendo de cero. Se han presentado ya los escritos de recurso y, a pesar de la tregua que parece tener ahora con la madre de su hija, que reconoce la inocencia de Juan en este último encontronazo legal, Claver lamenta tenerse que sentir culpable a ojos de las instituciones debido al cúmulo de denuncias interpuestas por la mujer.