Ya hay fecha para administrarle la eutanasia a Marin Eugen Sabau, conocido por ser el “pistolero de Tarragona”: el próximo martes 23 de agosto, los facultativos del Hospital penitenciario de Terrassa serán los encargados de liderar el proceso, solicitado hace meses por Sabau, acusado de cinco tentativas de homicidio.
Después del revuelo judicial que ha ocasionado dicha petición, finalmente ha sido el Tribunal Constitucional quien ha dado luz verde a la muerte asistida, al considerar, como ya hicieron la juez instructora y la Audiencia de Tarragona, que este derecho prevalece por encima de cualquier otro procedimiento judicial que avale o justifique su eventual interrupción.
Un debate jurídico sin precedentes
Se da el caso que es la primera vez que el solicitante está implicado en un procedimiento penal y por eso, la defensa de las víctimas ha insistido, hasta agotar todas su posibilidades, para que la celebración del juicio fuese antes de la culminación del proceso de eutanasia. Con todo, el pistolero de Tarragona sufre, desde el día de su detención, una lesión medular irreversible que lo ha dejado tetrapléjico, con mucho dolor y con la amputación de una de sus piernas.
De hecho, la Comisión de Garantías del Departamento de Salud de la Generalitat, encargada de estudiar los casos de personas que solicitan la eutanasia, ya dio su visto bueno días antes del aval judicial por parte de la Audiencia de Tarragona. Según se desprende de su resolución, Sabau, al margen de toda la “polémica judicial”, cumple todos los requisitos para recibir la muerte asistida: “sufrimiento grave, crónico e imposibilitante”.
Las víctimas se quedan sin posibilidades
Así pues, como ha adelantado La Cadena Ser, Marin Eugen Sabau, de 46 años, recibirá finalmente la eutanasia tras el aval del Constitucional. Se producirá en el mismo hospital en el que está ingresado desde que, el pasado 14 de diciembre, fue reducido a tiros por agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos, tras disparar contra 3 excompañeros y dos Mossos d’Esquadra.
Según ha tuiteado la periodista Andrea Villoria, “el director del Consorcio Sanitario” ha informado este viernes al Juzgado de Instrucción 5 de Tarragona – a cargo de la investigación contra Sabau – después de que “el Tribunal Constitucional haya denegado el último recurso presentado por las víctimas”.
Por su lado, los letrados de la acusación, en especial de la que ejerce el sindicato policial USPAC, en defensa de los dos agentes heridos, recurrieron en primera instancia la autorización médica sobre la eutanasia de Sabau, alegando una vulneración del derecho a la tutela judicial efectiva. Tras los avales de la justicia, han idopresentando varios recursos hasta llegar al Constitucional.
Herido tras atrincherarse en una casa de Riudoms
Con todo, la historia del ‘pistolero de Tarragona’ se remonta al pasado 14 de diciembre cuando este vecino de Alcover, de 46 años, entró armado en su antigua sede de Securitas en Tarragona, ubicada en la plaza del General Prim, y disfrazado con una gorra y una peluca abrió fuego contra sus excompañeros. Descerrajó varios tiros contra el gerente, que quedó en estado crítico. Después contra otro trabajador que intento frenarle y, finalmente, disparó también a la jefa de servicio. Eran las 11:15 de la mañana. Luego, huyó conduciendo su propio vehículo, un Citroën Xsara gris.
Los Mossos d’Esquadra rápidamente se movilizaron, poniendo en marcha un dispositivo “jaula” para evitar que huyera. En este contexto y en el marco de su huida, disparó también a un agente de los Mossos que le identificó en un control, hiriéndole en un brazo. Tras disparar contra los Mossos, Sabau condujo hasta una masía abandonada en Riudoms, a pocos kilómetros. Un vecino le advirtió y avisó a los Mossos. Fue entonces que el Grupo Especial de Intervención (GEI) montó el dispositivo que logró su detención.
Ingresó en el Hospital Penitenciario de Terrassa
El pistolero se atrincheró con varias armas de fuego, de las que poseía licencia sólo para algunas, y un chaleco antibalas. Tras una desafortunada negociación, los agentes del GEI se vieron obligados a abatir a Eugen, que también disparó contra ellos. Le dispararon en brazos y piernas, heridas que le provocaron la lesión medular irreversible que sufre en la actualidad y que ha sido el justificante para iniciar todos los trámites de la eutanasia. Tras la detención ingresó en el Hospital Penitenciario de Terrassa, donde se encuentra a día de hoy.