Opinión

Caso Volhov: VOX se ofrece a Aguirre y el juez lo acepta

El juez Joaquín Aguirre y Santiago Abascal   |   fotomontaje tq
photo_camera El juez Joaquín Aguirre y Santiago Abascal | fotomontaje tq

El juez de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, que investiga el llamado ‘caso Volhov’ contra el independentismo catalán, ha aceptado la personación del partido de ultraderecha VOX en calidad de acusación popular. Se trata de una maniobra similar a la que ya hiciera hace más de 10 años cuando el sindicato ultraderechista ‘Manos Limpias’ pidió y consiguió hacerse con la acusación popular del llamado ‘Caso Macedonia’, un supuesto caso de corrupción policial vinculado a narcotraficantes en el que el juez recurrió a quien ha sido considerado jefe operativo de la “policía patriótica”, el comisario y Director Adjunto Operativo de la Policía Nacional, Eugenio Pino.

Entonces Aguirre, cuando la Fiscalía Anticorrupción, primero, y la de Barcelona, después, empezaron a no ver claro el caso y a dudar de las pesquisas del juez, este encontró en ‘Manos Limpias’ el motor sobre el que sustentar las indagaciones que se prolongaron durante años y que a falta del último juicio, han concluido en constantes archivos, sentencias absolutorias para los policías, guardias civiles y mossos imputados inicialmente por el controvertido juez.

Juez y ultraderecha

Ahora, en el marco de la investigación Volhov, la historia se repite. La Fiscalía se ha opuesto a algunas de las medidas extraordinarias de la investigación (algunas pensadas para la indagación de delitos propios del terrorismo), como la colocación de balizas o micrófonos en los coches de los acusados. Y no solo eso, sino que, además, cuando explotó la ‘operación Volhov’ hace solo unas semanas, los principales detenidos, al pasar a disposición judicial, no recibieron por parte de la Fiscalía petición de medida cautelar alguna. El fiscal Maldonado, delegado en Catalunya de la Fiscalía Anticorrupción y su compañera Teresa Duerto, ni siquiera abrieron la boca. Al no existir petición de medida cautelar, Aguirre no pudo decretar el ingreso en prisión de forma preventiva o cualquier otra medida restrictiva ni para Madí, ni para Vinyals, Soler o Vendrell; cuatro de los principales sospechosos de este asunto que para muchos observadores no es más que un bluf.

La proactividad de Vox puede ser la gasolina que precisa el juez, si lo que quiere es tirar adelante esta investigación que, por lo que se ve, y por los que constatan los abogados personados, al margen de vaguedades, elucubraciones y de dar por buenos argumentos casi arbitrarios (como el acuerdo de los hombre de Puigdemont con Putin para la llegada de 10 mil soldados rusos a Catalunya para luchar a favor del procés) no presenta de elementos sólidos de proyección de la investigación a ojos, por ejemplo, del ministerio fiscal que, como en ‘Macedonia’, parece que va a dejar solo al juez.

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