Opinión

El policía humilde

La opinión de Carlos Quílez para eltaquigrafo.com
photo_camera La opinión de Carlos Quílez para eltaquigrafo.com

No te conozco, Berciano, pero conozco a los que te quieren y en el brillo de sus ojos cuando hablan de ti, creo leer a un policía de esos que verdaderamente valen la pena y que desde su anonimato y desde su modestia hacen, con su trabajo, que esta sociedad crezca y evolucione.

A mí, Berciano, que tan poco me gustan los desfiles y las banderas y la grandilocuencia que a veces adopta lo que en realidad es meramente protocolario, he de decir que se me arrugó la piel cuando un buen amigo tuyo me explicó que el pasado día 17 de noviembre, cuando regresabas de trabajar a la base, tus compañeros, tus amigos, tus alumnos, te esperaban en formación, en marcial actitud, para recibir con los honores que se merecía un hombre que ha estado 42 años enfundado en ese uniforme tan duro, tan pesado y tan necesario en una sociedad que se postula como justa como es el uniforme de la UIP.

Te jubilas con 65 años, fuerte de cuerpo y mente, con los principios que han regido tu trayectoria profesional intactos, con la rectitud como único camino, el camino en el que confluye el servicio público y el acatamiento de la ley que la sociedad opone en tus manos para que nuestra convivencia sea plena. 42 años dando la cara, hasta de último día.

Dicen tus amigos, con ojos húmedos de respeto y admiración que lloraste como un hombre al ver a los tuyos allí en formación, junto a tu hija, diciéndote sin palabras lo mucho que esta sociedad agradece contar con a tipos impecables como tú, policías  que habéis hecho desde el anonimato y sin fuegos de artificio, de la entrega a los demás una forma de entender la vida.

Me emociona tu emoción. Y me satisface la idea de que probablemente cuando mires hacia atrás y veas el camino recorrido y el legado dejado para los que lo quieran o sepan aprovechar, confirmes que este a veces ingrato oficio de policía, es en realidad, una suerte para quien, sin fanfarria, ha salido durante 42 años cada día a jugarse su futuro por el de los demás.

Querido y desconocido, berciano, un honor escribir sobre ti y sobre lo que representas. Necesitamos policías como tú.

Comentarios