
Los Mossos d'Esquadra analizan 20 contratos suscritos por distintas entidades, mayoritariamente públicas, pero también algunas privadas, con la empresa Triacom. Se trata de una sociedad vinculada con Mediapro y con conocidos empresarios del espectro independentista, que habría trabajado o habría hecho negocios en la órbita de TV3. Mossos, Guardia Civil y Fiscalía Anticorrupción sospechan que Triacom es el engranaje que la extinta CDC y sus posteriores derivadas utilizaron para cobrar las mordidas que empresarios y entidades públicas pagaron por obtener, facilitar o simplemente beneficiarse de contratos oficiales de la Generalitat o del Ayuntamiento de Barcelona mientras estuvieron en manos de la formación nacionalista.
Requerimientos y sospechas
Los Mossos han pedido a al menos 10 entidades una veintena de informes contractuales sospechosos, suscritos con Triacom. Por ejemplo: a Telefónica. Esta compañía que acababa de recibir (en 2010-11) un súper contrato de más de 2.000 millones por parte de la Generalitat, para el mantenimiento informático de toda la red pública, pagó a Triacom 2,5 millones de euros por unos servicios que nunca se realizaron. Uno de esos contratos se refería a la financiación de un programa de TV3 del que nunca más se supo y los otros contratos correspondían con el encargo de diversos vídeos promocionales corporativos que la empresa de telefonía encargó a Triacom. De esos vídeos (por cierto, con un precio de 1,5 millones de euros, exageradísimamente superior al precio de mercado) tampoco se supo nada.
Otro de los expedientes que analizan los Mossos en estos momentos hace referencia a un contrato del 112 con Triacom, cuando Xavier Trias era alcalde de la ciudad de Barcelona..
Llama la atención, además, el contrato que el Departamento de Medio Ambiente suscribió con esta controvertida empresa para la elaboración de una app. Medio Ambiente pagó a Triacom unos 70.000 euros, pero dicha aplicación nunca se configuró.
Triacom, la clave del 3%
Según la Fiscalía y la Policía Judicial (el caso está en manos del juez Santiago Pedraz, de la Audiencia Nacional), Triacom era el embudo receptor de las mordidas y la máquina que, posteriormente, se utilizaba para distribuir al partido o a los bolsillos de sus dirigentes o allegados, el dinero recaudado.
Fuente próximas a la investigación hablan de que aunque la investigación no ha hecho más que comenzar ya se puede hablar de pruebas flagrantes.
En la pieza judicial del llamado “caso Triacom” (dentro del amplio sumario del llamado “caso 3%”), es donde se encuentran las diligencias que, definitivamente, pueden llevar al banquillo de los acusados a directivos de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA), Mediapro, otros ejecutivos de Triacom hasta el momento no imputados y algunos empresarios como David Madí que, según fuentes de la investigación, va a tener que aclarar extrañas maniobras financieras sobre las que recaen numerosas sospechas de corrupción.
La Fiscalía no descarta ampliar en breve el abanico de imputaciones, ni tampoco la probabilidad que se ordenen nuevas detenciones al albor de lo que se desprenda del análisis de esos 20 expedientes requeridos y del trabajo que, a este respecto, está elaborando, de forma muy minuciosa, la Agencia Tributaria.
Triacom pude ser la verdadera caja de los truenos del “caso 3%”.