
El mundo del corazón es un fiel reflejo de nuestra sociedad. Si la semana anterior, las portadas del papel cuché presentaban a Daniel Sancho y a las jugadoras de la selección española de fútbol, esta destacará por el cierre de la gira de Isabel Pantoja en el Gran Canaria Arena. Un paradigma de cómo nuestra sociedad se transforma. Atrás queda la blancura de los reportajes de Isabel Presley, que se convierten en truculentas historias sobre asesinatos en Tailandia. Del mismo modo, el éxito de nuestras campeonas del mundo ha quedado empañado por el gesto en la entrepierna y el beso, supuestamente no consentido, de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
El martes pasado estuve con las jugadoras de la selección en el magnífico hotel Hyde de Cala Llonga (Ibiza), como reportera de Informativos Telecinco. Había llegado a la redacción las 13:30 horas, y a mi compañera y a mí nos habían dicho que “teníamos un taxi en la puerta”. A las 16:10 horas despegaba un vuelo hacia Ibiza. El destino es caprichoso y cuando volábamos nos informaron que no aterrizábamos a tiempo para cubrir el recibimiento que había planeado el Consorcio Insular. Sin embargo, una hora de retraso en el inicio del acto nos permitió asistir, sin resuello, pero a tiempo, al lugar al que las jugadoras llaman 'isla talismán', por la suerte que les trajo en un par de amistosos que jugaron en Semana Santa. ¿Será también la mía?
Plantamos la cámara tan solo diez minutos antes de iniciarse el espectáculo. Mientras todo el mundo alababa su proeza, nosotras planeábamos cómo desplazarnos al hotel donde se iban a alojar. Fue una odisea poder conseguir un taxi en pleno agosto en Ibiza, pero al fin llegamos al hotel justo cuando abría el informativo de las 21:00 horas. Encendimos la cámara, nos llamaron de Madrid para entrar en directo y cubrimos una conexión en exclusiva.
Al día siguiente, comenzaron a llegar algunos paparazzi para intentar sacarnos información. Las jugadoras estaban cansadas, pero felices. En el hotel, se desvivían por atenderlas mientras ellas planeaban minuciosamente sus salidas, como al concierto de Bizarrap, a Ushuaïa o la jornada que disfrutaron en Formentera. La única que permanecía ajena al jolgorio era la goleadora Olga Carmona, que, tras haber perdido a su padre, estaba acompañada por su hermano y su familia, con la que se consolaba del suceso.
El miércoles por la mañana, un día después de haber aterrizado en Ibiza, estuve hablando un buen rato con Jenni Hermoso. Quedaban pocas horas para la publicación del comunicado que marcaría un antes y un después en la historia del fútbol femenino español. Lo que me contó queda entre nosotras, pero intuí que su reacción a lo que decíamos en los medios de comunicación estaba por llegar. Cuando tocamos el tema, su cara reflejaba inquietud y cruzó algunas miradas de complicidad con las otras jugadoras que andaban por allí, entre ellas Misa. Charlamos sobre el éxito del deporte español y sobre la posibilidad de que Jenni me concediera unas palabras para el informativo. Una persona que la acompañaba me dijo: "No es que no quiera hablar, es que no puede". Esa misma tarde, la de Carabanchel, a través de Futpro, primero, y en solitario después, sentenció los rumores: “Me sentí vulnerable y víctima de una agresión”. Y la reacción llegó, al igual que la del Gobierno.
El viernes asistí a la rueda de prensa del presidente del Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos, quien anunció que el Gobierno no pensaba permitir tales actitudes y que iban a “tomar las medidas oportunas” contra Luis Rubiales. “Esto es el ‘Me Too’ del fútbol español”, dijo entre decenas de cámaras y periodistas ávidos por cubrir la noticia de la semana, mientras la lucha por hacerse con la Presidencia del Gobierno quedaba postergada por el, para algunos, obsceno gesto del directivo del fútbol español.
Mientras Meghan Markle regresaba a Instagram; la mujer de Jordi Cruz daba a luz a su primer hijo, Noah, y ya se quejaba de las "nochecitas sin dormir"; unos delincuentes asaltaban la casa de María del Monte "llevándoselo todo"; Tamara Falcó reaparecía rodeada de amigas; la Reina Sofía viajaba a Mallorca y Olga Moreno se desahogaba a gusto contra Antonio David Flores.
Una semana cargada de emociones que pude narrar en exclusiva desde Baleares donde, pronto, volveré para cubrir un nuevo tema que, por supuesto, les explicaré aquí, en El Taquígrafo, al que acudiré quincenalmente para explicarles todo lo que ha ocurrido en el mundo de la prensa rosa.