Opinión

¿Explicaciones de qué?

Juan Carlos I navegando en el Bribón   /  Agencias
photo_camera Juan Carlos I navegando en el Bribón / Agencias

Juan Carlos de Borbón ha vuelto a España casi dos años después. Como un turista rico, ha aterrizado en jet privado y se ha ido derecho a la regata. Se ha hospedado en casa de algún amigote y después ha comido en Zarzuela, donde se ha reencontrado con Felipe VI. Este le ha reprochado una vez más su conducta. Su velero, por cierto, se llama Bribón

Puedo figurarme cómo habrá sido la conversación durante ese encuentro. Felipe VI le habrá dicho que su visita ha sido de todo menos discreta. Que eso no es bueno para la monarquía. Poco más habrá podido hacer. Hijo, quería ir a la regata, no seas pesado, habrá murmurado bovinamente el viejo. Resoplido y ojos entornados de Felipe. Habrá que rezar para que se comporte, qué vamos a hacer, no podemos matarlo. Llega un momento en la vida de toda familia en que la oveja negra se hace vieja y hay que rezar para que sus pedorretas públicas, comentarios verdes y pellizcos a los traseros de las muchachas no trasciendan el círculo más cercano. Solamente se puede dejarlo hacer.

¿Para qué ha vuelto Juan Carlos? ¿Lo ha hecho solamente para navegar con su barco? ¿Lo ha hecho para comprobar de primera mano el ambiente y la reacción de la gente con vistas a una posible vuelta permanente? ¿Lo ha hecho para verse cara a cara con su hijo y familia y reconciliarse con ellos? ¿Lo ha hecho para comprobar cómo va todo por su cortijo? Lo ha hecho sin dar explicaciones, sin pedir perdón, sin que le preocupe en absoluto el efecto que su vuelta pueda tener en el sentir de la ciudadanía. “¿Explicaciones de qué?”, respondió mientras se reía de la pregunta de una periodista acerca de si iba a darlas o no.

En el fondo, tiene razón: no hay nada acerca de lo que darlas. Aunque lo hiciera, no serviría de nada. El motivo de su vuelta es sencillo: ha vuelto porque le ha dado la real gana. Y eso es lo que siempre ha hecho: lo que le ha dado la gana. Y siempre le ha salido bien.

Aquí va un breve resumen de sus andanzas para quien haya vivido en Marte en los últimos años:

-Juan Carlos cometió durante su reinado al menos 13 delitos fiscales que le llevaron a ser una de las personas más ricas de España. Esto se descubrió tras unas grabaciones y gracias a un fiscal en Suiza, donde tenía el dinero. Unos delitos que hubo que archivar por narices porque o bien ya habían prescrito o por su condición de inviolabilidad.

-Cuando se vio acorralado, regularizó su situación pagando el mínimo, admitiendo, por tanto, que había delinquido. No devolvió todo lo que había defraudado, eso sí. Pagó el mínimo posible, ni un euro más, lo suficiente para esquivar uno de los delitos que se le imputaron.

-Entretanto, en cada discurso navideño, también en lo más duro de la crisis de las hipotecas subprime, la del 2008, reclamaba sin vergüenza alguna esfuerzo, ejemplaridad y honradez a los españoles para superar juntos aquel trecho tan difícil mientras él escondía el dinero de Hacienda.

-Cuando el escándalo de sus delitos estaba afectando la ya deteriorada imagen de la Corona, su hijo tuvo que echarle del país para evitar que su presencia siguiera influyendo negativamente. Es decir, no se fue por arrepentimiento o patriotismo. Y se fue, no olvidemos, a una dictadura petrolífera donde vive a cuerpo de rey.

-A esto hay que añadir sus múltiples affaires amorosos, entre los cuales destaca el de Corinna Larsen, quien lo denunció por acoso y cuyo juicio aún está pendiente en Inglaterra. 

Por eso no entiendo y nunca entenderé cómo puede haber quien todavía lo defiende a capa y espada. Y no hablo solamente de la camarilla de periodistas cavernarios que no dudarían en ejercer de alfombras humanas si la monarquía se lo solicitara o del PP, sino también de esas personas que parece que nacieron de rodillas y que no tienen reparos en ir a aplaudirle a su llegada. Es un fenómeno digno de estudio.

Sean cuales sean las respuestas a las preguntas formuladas más arriba, su regreso es un insulto más para todos los ciudadanos de este país. Uno más en una larga lista. Juan Carlos ha vuelto como si no hubiera hecho nada y se ha salido de nuevo con la suya.

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