Opinión

Culto a la Santa Muerte II: cuanto más la prohíban, más seguidores tendrá

El escritor mexicano Alberto Hernández, en la obra que ha inspirado este artículo, La Santa Muerte: espacios, cultos y devociones, asegura que “la mística y religiosidad popular presente en la población mexicana se encuentra, en la mayoría de los casos, vinculada con los procesos de precarización y vulnerabilidad social que construyen sentimientos de indefensión entre las personas. De ahí, que los santos, las vírgenes y otras figuras religiosas en la vida diaria posean tal importancia”.

El antecedente científico sociológico

En este sentido, Kristín Gudrún, en su estudio sobre la devoción a santos populares en el noroeste de México, ha registrado el modo en que este tipo de veneración “es una expresión que emerge del sector social más desprotegido como respuesta ante el orden dominante”, recuperando lo dicho por el escritor mexicano Carlos Monsiváis, quien habla de la religión popular mexicana como “la religiosidad de los vencidos” o la “mística de la marginalidad”.

Estas citas nos adentran, de este modo, en el profundo significado de la fe, no desde el punto de vista teológico, si no desde un paradigma social, una manifestación del pensamiento colectivo. Una posibilidad entre el misticismo y la carestía social que determina la ideología de cada sujeto, un estertor de la doctrina cristiana.

La realidad social

Este punto de partida es para dejar de analizar respuestas inducidas y para cuestionamos las mismas preguntas que han estado presentes manipulando la opinión pública, la educación y siendo una caja de pandora constante. El culto a la Santa Muerte se arraigó en México en los años 60 y en la actualidad cuenta con millones de feligreses en México, Centroamérica y al sur del del mismo continente. Además, su expansión a Europa ha provocado poner en el punto de mira ciertas cuestiones relacionadas con este culto, en especial por la comunidad cristiana.

Según Victoria Pérez (2015) en uno de sus artículos, el número de devotos ya es inconmensurable: “Con de 10 a 12 millones de devotos, sobre todo en México, y también un número significativo en los Estados Unidos y Centroamérica, La flaca, La niña, La blanca, Ángel de la muerte o simplemente la Santa Muerte, en sí, no es ninguna santa, pero muchos, si no la mayoría de sus seguidores, se llaman a sí mismos católicos”.

El gran número de seguidores me hace reflexionar desde la filosofía de la sospecha: “¿Por qué su prohibición por las autoridades del Vaticano?”. “Ahora también está creencia, ¿será objeto del mercantilismo mediante el negocio que representa la venta de amuletos, rituales y ofrendas?”. Las respuestas las buscaremos en el inconsciente colectivo, en el pensamiento de las masas

“Yo soy devoto”

Entrevista a un hombre de 35 años, la opinión viva de quien está en medio de este culto, su sentir y su pensar:

  • ¿Por qué eres creyente de la Santa Muerte?

Siempre he sido católico, pero un día en medio de mi desesperación a causa de un problema, le pedí a la Santa Muerte que me cumpliera el favor y me diera la ayuda que necesitaba. Efectivamente me concedió el milagro, desde entonces soy fiel a su culto y ayudo a otras personas, la patrona me libró de la cárcel.

  • ¿Qué opina la gente que te conoce cuando se entera que eres seguidor de la Santa Muerte?

Al principio se asustan porque yo en mi casa le tengo un altar, le pongo sus veladoras, sus chocolates y hasta un tequila, pero les explico que no es para hacer daño, al contrario, es para ayudar a los demás. El culto a la muerte es una forma de pensar muy ligada a la vida y a hacer el bien. Yo le digo "mi niña blanca" y siempre la llevo conmigo, me ha ayudado en momentos muy difíciles. Me da tristeza que mucha gente se aprovecha de la necesidad y empieza a cobrar cantidades fuertes por rezos, por oraciones o rituales, sabiendo que a la niña no le interesa eso, ella nos quiere y nos ayuda tengas o no dinero. Por eso, no deberían de hacer a su costa negocios turbios.

  • ¿Y de la prohibición qué opinas?

El Vaticano tiene miedo de algo, a estas alturas ya hay mucha gente en el mundo devota de la Santa Muerte y llegará el momento en que no lo podrán sostener y se les irán los dineros y los creyentes. Ahora que es más dura la prohibición es cuando más gente se convierte a la Santa Muerte.

Conclusión

Finalmente podemos llegar a la siguiente construcción teórica: el ser humano tiene una necesidad ponderante de sostener su universo psicológico, su cosmovisión y ambos conceptos se alimentan de la fe. Pueblos conquistados o no, católicos, musulmanes, hebreos etc., el ser humano ha mantenido un culto a dioses, o a Dios, a seres divinos, mantener la esperanza y reducir la desolación en este mundo traumático.

De algún modo, la Iglesia ha jugado un rol en la determinante lucha de clases y en la división de las mismas, estando en las cúpulas del poder debido a su enriquecimiento a lo largo de dos milenios, siendo sede de un poder incuestionable. Su propio banco, el papa atendido como hombre de Estado con altos niveles de seguridad, la hacen una iglesia más de ricos que de pobres.

Una iglesia que manipula y dicta, que llena de estereotipos la sociedad y establece cánones entre el bien y el mal.

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