
En temas de política han corrido ríos de tinta y se han construido universos de mentiras. En México, el repunte de la violencia en los últimos años ha despertado entre los ciudadanos un sentimiento de inconformidad por las formas de hacer política. Las estrategias, mal diseñadas y mal ejecutadas, han causado numerosos daños colaterales que han ido alimentando las estadísticas de víctimas y de números rojos en las arcas públicas de las comunidades.
En el Estado donde operan más de 30 grupos criminales, en plena euforia electoral después de un año de pandemia, ha surgido un fenómeno que ha marcado un antes y un después en la historia de la política pública. Rompiendo paradigmas morales sobre machismo y haciendo alarde del empoderamiento femenino, que desafía los prototipos de las candidatas anteriores, ha sido una mujer la que ha atraído a los electores con su intensa actividad social.
Para la sociedad mexicana, su forma de hacer política va más allá de los estándares. La repercusión de esta promesa de la política quedó demostrada en las redes sociales donde aquellos perfiles que publicaron comentarios de la candidata alcanzaron entre 60.000 y 90.000 reacciones en pocos minutos. Además, el boicot orquestado desde los grupos conservadores, que manipularon este hecho, no hizo más que alentar a muchos medios de comunicación a apoyarla.
Una candidata motorizada
Sin zapatos de tacón, sin traje ejecutivo y sin excentricidades, la política ha llegado a más de 500 comunidades en las que las autoridades habían perdido la confianza. Ella la ha recuperado recorriendo caminos intransitables sobre una moto de cuatro ruedas, su fiel compañera, entre la polvareda, el frío, la lluvia de la Sierra Tarahumara, rodeada de poblados indígenas. Zulma Rueda, que así se llama la candidata, visita a los más necesitados realizando un trabajo científico cercano a la realidad criminológica.
“Soy psicóloga, conozco las necesidades de las comunidades por dos simples razones: He recorrido de día y de noche la Sierra. He sentido y vivido en carne propia la falta de servicios y civilización de pueblos que ni siquiera figuran en los mapas. He recibido el amor y el cariño de todas esas personas que viven en comunidades de la montaña, que han sido estigmatizadas por los medios de comunicación señalándolas como cunas del narcotráfico. Les puedo decir que la Sierra Tarahumara es un lugar seguro, lleno de gente que quiere progresar. Vengan a visitarnos y conozcan la magia de La Sierra Madre Occidental.”, dice Rueda.
La candidata ha diseñado estrategias políticas para fortalecer la actividad comercial de esta región por medio de actividades turísticas sustentadas en investigación científica, sociológica y basada en teorías de la economía global, cuestión que ha hecho de sus innovadoras propuestas una tendencia en la opinión.
“Ni de izquierdas ni de derechas”
“Quiero llegar al Congreso porque tengo un solo objetivo en mi vida: dar a mi gente lo que durante tanto tiempo les han negado. Una verdadera libertad monetaria, busco quitar el lazo del cuello de nuestra clase media”, reivindica para esta zona desfavorecida la aspirante.
“Ni de izquierdas ni de derechas. Simplemente soy humanista y empática«, así es como se define Zulma Rueda. «No se necesita un posicionamiento político cuando se quiere ayudar a quien más lo necesita. Nuestros indígenas se mueren de hambre. No hay hospitales, ni medicina, ni escuelas. Dejemos de gastar el dinero público en cosas triviales que de nada sirven. Prefiero comprar comida que propaganda política”, denuncia la candidata del partido Redes Sociales Progresistas por la diputación federal del distrito 09 en el Estado de Chihuahua.