
En ningún momento he tenido ninguna duda sobre qué bloque ganaría las elecciones, lo saben bien mis amigos con quienes he tenido algunos debates y a quienes les dije “llamarme ingenuo, pero eso que afirmáis no va a pasar” y me llamaron ingenuo. Pero eso no ha pasado, no ha habido tsunami de Vox, han obtenido un buen resultado pero no un tsunami, se ha quedado en fuerte marejada.
El PP sí que ha protagonizado un maremoto, pero inverso, estaba cantado, aquí sí que no han fallado las predicciones de batacazo anunciado, ha sido monumental, y es que cuando para evitar la fuga de votos hacia la extrema derecha mimetizas sus planteamientos y sus exabruptos a modo de burda caricatura, el votante se queda con el original y la sangría no sólo no se tapona si no que se convierte en hemorragia. No sólo ha perdido Casado, el hostiazo le ha llegado a Aznar su mentor.
Y la tercera pata del trío de Colón dirigida por el hiperventilado Albert Rivera se ha quedado lejos de sus aspiraciones, ha subido es cierto, pero esa subida está muy lejos de sus pretensiones. Su apuesta, su estrategia electoral no estaba diseñada para quedarse con 57 diputados y sin opción de sumar, para ese viaje no necesitaba unas alforjas cargadas de odio, de radicalismo absurdo, de niñato cabreado, de cordones sanitarios, de descalificaciones histriónicas, le hubiera bastado su discurso clásico de banderas, panderetas y olés.
Pedro Sánchez ha sabido medir los tempos, definir los escenarios y aprovechar las oportunidades que la sobreactuación de la derecha le ha brindado. Los decretazos sociales que nadie ha dudado en calificar de electoralistas han contado sin embargo con una colaboración excepcional, la radicalidad y la brutalidad de los ataques de Cs y PP que han provocado el efecto contrario al que pretendían y han colaborado de manera extraordinariamente eficaz en la propagación y popularización del carácter social de las medidas aprobadas.
Sin embargo las dudas y torpezas a la hora de administrar los debates electorales a cinco días de la jornada electoral absolutamente importantes para decantar el voto de los indecisos ha provocado que aún ganando, el resultado esté ligeramente por debajo de los porcentajes que les otorgaban la totalidad de las encuestas previas.
Si hiciéramos una comparativa de las previsiones podríamos determinar que el PSOE no ha mejorado resultados después del debate, por supuesto que ni PP ni Cs lo han hecho. Todo lo contrario que Unidas Podemos quienes después del debate sí que han mejorado las expectativas previas, consiguiendo que un importante número de indecisos frenaran una mayor caída que hubiera puesto en peligro el resultado final de una mayoría del bloque progresista y de izquierdas.
El buen resultado obtenido en Catalunya por ERC aupado por la situación del “procés” y por su actitud decantada con mayor claridad a una salida negociada del problema catalán hace que se dibuje un panorama alentador para el país. El resultado global de Catalunya nos muestra cómo el pueblo catalán rechaza la radicalidad intransigente y no dialogante y envía un aviso importante al PP dejándolo a las puertas de la desaparición, y un toque de atención a Jxcat.
La situación de ECP sigue la trayectoria de Unidas Podemos y pierde fuelle en beneficio del llamado voto útil a favor de los socialistas. Con todo, el triunfo del bloque progresista y de izquierda matiza esos resultados, ahora vendrá el momento de configurar las posibles alianzas.
La matemática de los resultados hace que sea posible lo que Pablo Iglesias anunció, si PSOE y Cs suman las presiones de los sectores del Ibex 35 hacia Ciudadanos serán poderosas, pero también los barones socialistas. La lista es larga. Frente a ellos la militancia socialista, la que aupó a Sánchez a la secretaria general del PSOE gritando en las puertas de Ferraz…”Pedro con Rivera NO” y si se puede.
Yo todavía no descarto que Rivera asesorado por sus “jefes” le ofrezca apoyo a Sánchez a cambio de impedir que Unidas Podemos gobierne. El Hiperventilado es capaz de eso y de lo que le echen.