
Ahora resulta que Sánchez Ferlosio seguía vivo, se le ha escuchado murmurar por lo bajini al musculado letrado Ortega Smith así, portando una toga que le desiluetea el cuerpo de militar neofalangista, al tiempo que los concitados por la ley de las Españas van pasando correlativamente por todos los juzgados repitiendo casi al unísono señoría mire yo eso no lo sé yo de eso no me acuerdo no recuerdo lo he olvidado no lo sé…
En efecto estamos hablando del olvido selectivo como instrumento político-judicial.
Y es que en otros tiempos la delincuencia de lujo iba a juicio a echarle la culpa del delito a un muerto (para que así todo quedara penalmente en nada), pero a tal efecto ahora lo que está de moda en sede judicial, lo que dicen los directores de master en impunidad que hay que hacer, es echarle la culpa al interino Alzheimer (sí el Alzheimer, ese alemán que todos llevamos dentro).
De hecho lo vimos de modo televisado y fehaciente ya en la declaración judicial de la exduquesa de Palma e Infanta Real cuando, como un pavo real (nunca mejor dicho), fue al juzgado,toda ella con su melena de sol y su boquilla de oro falso, y, ante la batería de preguntas del tipo ¿en su casa quién llevaba las cuentas, el que jugaba a balonmano o la que trabajaba en La Caixa?, ella, el epítome de la realeza moderna según el manual de estilo de Luis María Ansón, contestó con sonrisa borbona no sé no sé eso tampoco lo sé de eso no me acuerdo no me acuerdo no me acuerdo lo he olvidado no me acuerdo…
El olvido selectivo se ha instalado en el derecho y la política, y nos invita a que olvidemos cínicamente todos todo para que lo viejo parezca nuevo… ¿España nos roba o era Convergencia y la familia Pujol? No lo sé, no me acuerdo… ¿Usted Pablo Casado, sabe lo que es la Gurtel? Lo he olvidado, lo siento… ¿El robo a saco de fondos de los ERE, señor Pedro Sánchez, qué partido político lo perpetró? No recuerdo, lo he olvidado… ¿La innovación política representada por Vox y Podemos, esto nuevo que viene frente al viejuno bipartidismo para sustituirlo, no es el marxismo y el falangismo con otros nombres pero no con muy distinto arbitrio? No me acuerdo, ahora no sé…
Una epidemia de olvido interesado recorre la actualidad sin que nos estemos dando cuenta de su alcance y su capacidad contaminadora.
Pero sí, sólo el olvido selectivo podrá hacer que, dentro de ya poco, entre el impune y selecto club de nuestros parlamentarios puedan contarse como novedad héroes de la Reconquista y las Cruzadas, toreros recién cogidos, curas, una moderna Agustina de Aragón empuñando la bandera en sede parlamentaria, nuevos hippies horteras (valga la redundancia), y folklóricas, y licenciados en nada, fontaneros anales, exboxeradores neonazis, ministros de economía con cara de el anillo es mío, imitadores de la moda de pasarela pobre del Ché, troteras y lanzaderas, la momia incorrupta de José María Ruiz Mateos y demás familia política.
Sí, señores y señoras del jurado: el olvido produce monstruos.
De hecho, como dejemos que el olvido campe libre y a sus anchas, no descartemos que los españoles de dentro de cuatro siglos exijan a los mexicanos que los pidan perdón por el tostonazo de película para modernos de Alfonso Cuarón “Roma”…
En fin.