
Es como si la actualidad de pronto fuera una mezcla entre una novela cruda sobre los inicios de la Guerra Civil Española, y un capítulo de la prodigiosa serie The Wire...
Así es la espantosa actualidad repleta de odio, de odiadores y de demonios de despacho que instrumentalizan el odio general.
La Editorial Cátedra acaba de publicar EL DISCURSO DEL ODIO, un librito tan breve como interesante que firma la profesora del departamento de comunicación de la Universidad de Seatle Caitlin Rinng Carlson, y el cual define y disecciona el discurso del odio en su gnosis, su metafísica y su praxis durante toda la historia del siglo XX, para centrarse en el discurso del odio en la actualidad por motivos religiosos, nacionales, de raza, de género, de identidad de género y de orientación sexual… Todo para glosar la época actual estudiando el discurso del odio en los campus universitarios a causa de las batallas culturales, y el discurso del odio en los medios de comunicación a causa de las batallas políticas, y, sobre todo, centrarse en las interrelaciones entre el discurso del odio y la libertad de expresión a cauda del mucho odio que destilan internet y las redes sociales, y lo complicado que resulta, en la red a nivel logístico y jurídico, el proceso de moderación de contenidos.
Finalmente leído el libro (el cual formula una seria denuncia del pernicioso discurso del odio y proporciona estrategias para librarse de él o combatirlo con sentido crítico, ponderación y cordura), uno se da cuenta de que el discurso del odio es un clima social en el que, si nos descuidamos políticamente y lo ocultamos o no hablamos de él ni lo identificamos y denunciamos firmemente, de pronto nos anega como un tsunami imparable en el que se puede acabar matando con supuestas razones razonables tanto a Federico García Lorca y como a Pedro Muñoz Seca.
Ahora que la extrema izquierda y el extremo nacionalismo periférico capitaneados por el Lluís Companys de turno mister Waterloo Puigdemont han obligado a Pedro Sánchez a firmar un documento que cambia las reglas del juego de todos somos iguales ante la ley, y que como respuesta para decir eso lo tenemos que votar todos y no solo vosotros la extrema derecha y el extremo nacionalismo centralista se han puesto a hacer manifestaciones anti-amnistía unilateral frente a las sedes del PSOE, acaban de pegarle un tiro en la cara en plena calle del Barrio de Salamanca a Alejo Vidal-Quadras así, como si él fuera un nuevo José Calvo Sotelo desamordazado y regresado en plena pre-guerra civil, y fuera verdad que la historia no se repite pero rima…
Pero seguro que no, que este acontecimiento criminal es puntual, y no tiene nada que ver con el discurso del odio. Ojalá no…
Seguimos informando.