¿Era una relación sentimental de madurez, un noviazgo de dos famosos o era una reunión sintomática de dos miembros del club de la crisis otoñal?
Ella, Nefertiti Preisler, mirada sofisticada como de una Mona Lisa de papel cuché, ojos de Margueritte Duras en Saigón antes de ser alcohólica, compendio de Oriente y Occidente como los libros de René Guenón, en la cara el gesto de típico arrobo místico cono devenido de la ingesta reciente de arroz con leche, pero con melena picassiana y rostro ovalado a lo Anaïs Nin en los años 20, ella, decimos, acaba de romper su relación sentimental con el Inca Garcilaso…
¿Era una relación sentimental de madurez, un noviazgo de dos famosos subidos a la atalaya de la senectud, o era una reunión sintomática de dos miembros del club de la crisis otoñal?
Ah, todos estamos consternados por la ruptura sentimental de la gran pareja literaria de esta época (la conformada por él, que vive de la novela, y ella, que vive del cuento).
Feliz Nuevo Año a todos y viva el buen humor.