
Miren si no que hemos llegado al punto de testosterona nacional que no logramos distinguir a Irene Montero de Carla Antoneli.
Ahora que tantos piensan que Sandro Rosell y Bartomeu y Laporta deberían estar en la cárcel por lo del Caso Negreira, van otros tantos y cometen una fechoría aún más digna de presidio: cogen y le llaman deporte de competición a lo de Juan Carlos de Borbón y Borbón en las regatas de Sansexo…
Si es que lo de España es pura comedia.
¿O no parece Juan Carlos de Borbón y Borbón más ochentero que su nieto Froilán ahora que ya que nadie que le vea puede dejar de cantar lo de muevo la pierna, muevo el pie, muevo la tibia y el peroné, muevo la cabeza, muevo el esternón, muevo la cadera siempre que tengo ocasión?
Ah, y ahí no se queda todo: esta semana de autos este cronista humorístico de la actualidad, sí, este retratista de la España friqui, ha tenido que soportar también como Santi Abascal dice que basta ya de guerracivilismos y que viva José Antonio.
Y por si esto fuera poco aún ha habido esta semana otra noticia negra para el humorismo español: el futbolista Joaquín se retira para emprender otros proyectos profesionales.
En efecto en este país ya los chistes se hacen solos.
Miren si no que hemos llegado al punto de testosterona nacional que no logramos distinguir a Irene Montero de Carla Antoneli.
Todo mientras Yolanda Díaz ha ido a Cuelgamuros a explicar por decreto que España ya está preparada para que los sacerdotes se enamoren.
Bien lo decían en Amanece que no es poco: esto es un sindios.
En efecto España ha avanzado tanto que ya dentro de poco Ana Obregón menstrúa.