Opinión

Leonormanía versus Froilánmanía (para Lorca y Axel)

La Opinión de Luis Artigue para eltaquigrafo.com
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La alegría nos sintoniza el cuerpo con el alma, y por eso nunca sobra, ni en el periodismo ni en la vida, la alegría. En este sentido nosotros que nos dedicamos pertinazmente a hacer aquí cada semana un retrato de la España Friki apenas salimos de nuestro hilarante asombro (no somos puritanos; creemos que es mejor perder el oremus que perder la sonrisa) al comprobar que no hay portada de periódico serio en la que esta semana no salga la infanta doña Leonor con pinta de estar jurando la Constitución por Snoopy

Y, como siempre en este país guerracivilero, la mitad del estadio aplaude el gol, y la otra mitad grita que no ha sido penalti.

“Una de las dos Españas ha de helarte el corazón”, cantaba Antonio Machado en un poema preclaro y vigente del inmarchitable libro Campos de Castilla:

Ya hay un español que quiere

vivir y a vivir empieza,

entre una España que muere

y otra España que bosteza.

Españolito que vienes

al mundo te guarde Dios.

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón.

Pero nosotros que no tenemos ya corazón para guerras ni paces optamos por reírnos y hacer un chiste de todo mientras nos disfrazamos para celebrar Halloween con nuestros hijos, o para hacer de todo, hasta de la muerte, un chiste. Por ejemplo este chiste de Camilo de Ory:

 –Señor, las encuestas van mal.

–¿Mal?

–Muy mal.

 –La plebe no olvida lo de la evasión de impuestos, las comisiones ilegales, las furcias y el elefante.

–Bueno, pero eso no lo hice yo.

–Es cierto, Señor, pero nadie se cree que Su Majestad no supiera lo que estaba haciendo Su Otra Majestad.

–Han perdido la fe… A mi hermana le funcionó lo de yo no sabía nada con lo de Urdangarín.

–Con todos los respetos, quizá no debimos jugar ese comodín tan pronto.

–¡Además, si lo he mandado a Abbu Dabi!

–Donde se pega la gran vida con el dinero que ellos dicen “que es de todos”, Señor.

–Solo hay una solución.

–Eso creo, Señor.

–Sacad a la niña del internado de donde la están maleando, fingid que purga los excesos de la familia en la mili, ponedle unas lentillas aún más azules y paseadla durante un año haciendo gestos cuquis por todas las verbenas televisadas.

–Creo que será suficiente, Señor.

–Y, por si acaso, ¿dónde está Tejero?...

Nosotros nos empeñamos en hacer chistes y reírnos de todo, hasta de esto, y, por otro lado, está toda la prensa sensatamente monárquica cantando el constitucional cumpleaños feliz a una adolescente que apunta maneras de árbitro democrático aquí, en este país tan serio y dado a las posiciones rotundas que acaban haciendo que la sangre llegue al río.

Todos debemos tomar partido de nuevo, según dice sin decirlo la prensa: o monarquía o república, o Leonor o Frolilán, o la derecha o la izquierda, o la carne o el pescado…

Lo escribió Leonard Cohen cuando vivía como un hippie en la griega Isla de Hidra con Marianne y su hijo Axel en el poema-canción HAY UNA GUERRA:

Hay una guerra entre ricos y pobres

una guerra entre el hombre y la mujer.

Hay una guerra entre los que dicen que hay una guerra

y los que dicen que no lo hay. 

¿Por qué no vuelves a la guerra?

Así es, entra en ella.

¿Por qué no vuelves a la guerra?

Está empezando…

Hay en efecto una guerra perpetua entre todo lo que se opone, y el friki, como el poeta, es aquel que está cantando aquí tirado en mitad de la vía.

Hoy de hecho cantamos en concreto el poema-canción oscuro como un pozo repleto de diamantes (algo que no puedas entender ni olvidar) que el genio espiritual que cantaba romanzas pop Leonard Cohen compuso para su hija Lorca así, haciendo a la vez un sentido homenaje al Federico García Lorca de Poeta en Nueva York:

En Viena hay diez muchachas,

un hombro donde solloza la muerte

y un bosque de palomas disecadas.

Hay un fragmento de la mañana

en el museo de la escarcha.

Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals

de muerte y de coñac

que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,

con la butaca y el libro muerto,

por el melancólico pasillo,

y hasta el oscuro desván del lirio.

¡Ay, ay, ay, ay!

Toma este vals de quebrada cintura.

Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,

en el desván donde juegan los niños…

Queridos Lorca y Axel, niños queridos nuestros que habéis nacido en esta España última y que a nosotros nos estáis educando en el arte de empequeñecer al observaros (al tiempo que nosotros tratamos de enseñaros a ser, no neutrales frente a los nazis como Suiza, pero sí librepensadores que no se dejan arrastrar fácilmente a un lado y a otro por los señores de la guerra que tanto aman las posturas radicales y tanto odian los matices):

vais a vivir en un mundo muy jodido, más de lo que vosotros os pensáis, y necesitáis un árbitro para la guerra de la política; para la guerra de la vida; tanto como necesitáis la risa, el amor y la poesía…

Viva vivir.

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