Opinión

Los argentinos son gente muy culta y Messi de dónde será

Decía don Jacinto Benavente que “la timidez de los hombres hace más atrevidas a las mujeres”, y yo ahora no tengo nada que añadir a eso…

Salvo que no creo que Messi sepa quien es don Jacinto Benavente.

Lionel Messi, tímido inalterable, apocamiento de hospiciano, ojos que miran hacia adentro y barba y pelo rojos como un porteño Vincent Van Gogh, al contrario que Borges y su reencarnación futbolística Jorge Valdano no sabe hablar de algo sustancioso en las entrevistas pero, eso sí, corre por los campos de fútbol como un caballo gaucho y, con la pelota al pie, nunca le falta sorpresa, garra, desborde, visión y precisión.

Sin embargo, y en eso se parece mucho al Papa Bergoglio, se diría que el modo que tiene Messi de triunfar en Europa y de fracasar en la Argentina viene a ser una forma de hablarles a los argentinos de sí mismos haciendo como que les habla de otra cosa.

Cierto es que ellos, los argentinos, han hecho del idioma castellano un mar bello y suyo con capitanes propios (eso nosotros lo sabemos a partes iguales por los libros y por las porteñas que venían a Madrid a hacer europeísmo y también el amor, sí, pero siempre de paso como la Maga de Julio Cortázar), pero uno no acaba de saber qué idioma habla Messi cuando habla contra Abidal o en favor de Valverde, como ha hecho esta semana, o como cuando habla de irse del Barça sin decirlo del todo, como hizo al recoger el último Balón de Oro…

Por falta de elocuencia, que es otra forma de decir por falta de lecturas, Messi tuvo que ir a un juzgado acusado de evasión de impuestos como una Isabel Pantoja del fútbol cuando sólo se trataba de decir mire señor juez yo de esto no sé nada pues todo me lo lleva papá yo sólo soy dios dentro del campo de fútbol pero como explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario.

Dice mi amigo Patxi (mientas vemos el partido de Copa del Rey Athletic-Barça, pobre Barça, o más bien pobre presidente del Barça, vaya hostia en los dientes se acaba de llevar en la Copa del Rey poco después de destituir a Valverde por el pecado de ir el primero en la liga: se va a tener que pasar el presidente un mes a sopa) que Messi es un genio del fútbol europeo más que del suyo como Woody Allen, genio del cine europeo sin salir de Manhattan, y yo ahora no tengo nada que añadir a eso…

Salvo que no creo que Messi haya ido al cine a ver alguna de Woody Allen.

Messi es un crak único, admirable y, además, disciplinado, pues vaya la de años que lleva Messi siendo un crak. Sí, es una leyenda viva, un dios del deporte rey, y esta época balompédica llevará su nombre tatuado en el pecho… Pero, cuando cuelgue las botas, seguro que Messi no se dedicara a ser comentarista de fútbol en radio ni dopándose como Maradona.

¡Hay que leer mucho, señores!

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