Opinión

Santiago Abascal: ¿discurso delictivo?

Santiago Abascal   |   img. Pepe Farruqo
photo_camera Santiago Abascal | img. Pepe Farruqo

Pon juntos en un debate electoral televisado a un empollón de instituto, a un guaperas de piscina, a dos pijos de la discoteca Pachá y al gorila de la puerta, y, si el que gana es el gorila, es que Spainisdiferent…

España es diferente. España es el paraíso de los pistoleros de sangre caliente. Aquí no hay lugar para centro político ni para medias tintas (y sino que se lo digan al “centrado” Albert Rivera tras su reciente accidente laboral).

Aquí todo se repite porque nuestra Historia está cocinada con mucho ajo (¡quienes estábamos convencidos de que, cuando los de VOX se soltaran la melena y empezaran a decir las animaladas que en realidad piensan el electorado les daría la espalda, estábamos equivocados, copón bendito!).

Y es que, sí, España es diferente… Mira sino como acaban aquí de destapar la tumba de Franco, y de ahí ha salido Santiago Abascal como un zombi, parecía, pero tras su éxito electoral creemos que ha salido como una reencarnación.

¡Qué pasada por la derecha y sin frenos!

¡Y nadie le ha dicho al susodicho en el debate televisado que abolir por decreto las autonomías de España es tan delictivamente anticostitucional como declarar la independencia de Cataluña!

Se ha preferido insistir sólo en que Santiago Abascal es una caricatura, un esperpento, una españolada de Alfredo Landa con forma de candidato a Presidente.

¡Pero nadie se dio cuenta de que en España el esperpento vende mucho, como bien sabe Santiago Segura más que Valle-Inclán!
Esto en el fondo no es un país sino una juerga con pólvora y dinamita, escribió el valenciano Max Aub. Esto es la hostia.

Uff, debe de ser que los independentistas catalanes y vascos están bombardeando España por medio de hacer surgir, crecer y multiplicarse a Santiago Abascal y a ese holocausto político pedantemente llamado Vox.

¡Viva el Apocalipsis!

A mí tampoco me gustan los nazis –decían los votantes alemanes de Hitler cuando éste ganó las elecciones- pero nos librarán de los comunistas y los judíos, y luego nosotros nos libraremos de ellos… Sin embargo cuando se hicieron fuertes en el poder no hubo modo de librarse de ellos allí, como aquí tampoco hubo modo de librase de Franco.

Santiago Abascal, rostro barbado de Carlos I de España y V de Alemania a caballo y con armadura, ya está en el parlamento hablando desde la platea con la sutileza de un yogurt de chorizo. ¡Más madera! ¡Esto es la guerra!

De esta no nos libra ni dios.

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