
¿Por qué defender la igualdad de todos los españoles y españolas en dignidad, derechos y deberes se considera algo de derechas y no de izquierdas si la igualdad es uno de los valores fundacionales de la izquierda desde la Revolución Francesa?
A veces se te echa mucho de menos… Sí, a veces se echa tanto de menos a referentes periodísticos de la izquierda como aquel Don Quijote sabio y rojo llamado Eduardo Haro Tecglen que hay quien no puede menos que poner su alma política a media asta y su ideología en cuarentena.
Se echa en efecto de menos en el debate público cada una de las columnas de prosa desgarbada que escribía para el periódico El País, y también las que leía con voz abroncada como de reyerta en la Cadena Ser, y que eran reflejo de un oficio, de una vocación, de una fina conciencia política y de una forma amplia de entender el mundo y entender su papel en el mundo.
“Escribir es siempre un acto político” dijo en un libro ya clásico Roland Barthes, y ésa parecía una cita hecha a la medida de ese periodista brillante que se autodefinía como “republicano, rojo y sentimental”, y que contaba con una pluma inteligente que nos enseñó la valiosa lección de que el coraje siempre es la mejor opción.
Acabo de releer el libro de Eduardo Haro Tecglen titulado Ser de Izquierdas (Editorial Temas de Hoy). En él realiza este autor un cristalino repaso histórico, conceptual, ontológico, pragmático y político de qué fue, qué es y qué será ser de izquierdas, y de cuál es el terreno político en el que la izquierda se desdibuja. Pero asimismo este autor dedica no pocas páginas a hablar sobre los peligros de esa radicalidad frecuente, cíclica y autodestructiva que este autor denomina “izquierdismo”.
Eduardo Haro Tecglen define el izquierdismo como una versión exagerada, precipitada, dogmática, depauperada, divisoria, cortoplacista y perniciosa de la izquierda, y avisa de que de ningún modo el izquierdismo es sinónimo de lo que debiéramos entender por izquierda.
¿Qué pensaría Eduardo Haro Tecglen de esta España nuestra supuestamente evolutiva en la que evolucionar es ser otra vez un país políticamente subdividido en dos bloques irreconciliables, uno progresista y otro conservador, igual que en los años 30? ¿Qué pensaría al ver que el bloque conservador incluye a la extrema derecha neofalangista, y en el bloque progresista se incluye a lo que hasta la socialista Elena Valenciano acaba de definir como “la derecha supremacista catalana”?
¿Si Eduardo Haro Tecglen escribiera hoy contra eso, como ha hecho Nicolás Redondo Terreros, sería oficialmente expulsado del bloque progresista?
¿Todo vale para llegar al poder, hasta incluir al lobo entre las ovejas?
¿Por qué defender la igualdad de todos los españoles y españolas en dignidad, derechos y deberes se considera algo de derechas y no de izquierdas si la igualdad es uno de los valores fundacionales de la izquierda desde la Revolución Francesa?
¿El PSOE de Sánchez es la izquierda o el izquierdismo?...
Ah, Eduardo Haro Trcglen, a veces se te echa mucho de menos, viejo.