Opinión

“Aún estás a tiempo” de llegar al siglo XXI

Cartel publicitario de un gimnasio sevillano  /   Galisport Sevilla
photo_camera Cartel publicitario de un gimnasio sevillano / Galisport Sevilla

Antes de proseguir leyendo estas líneas, por favor, querido lector, párese un momento a observar la imagen que le precede. Por si hay dudas, es el cartel publicitario de un gimnasio sevillano…

Tómese su tiempo para digerir tremendo despropósito. Le comprendo, a mi también se me levantó una ceja y me quedé varios segundos en estado de transición. Tras estos primeros momentos en un ligero estado de shock, ahora, seguramente habremos llegado a la misma conclusión: es abominable.

“Aún estás a tiempo” de dejar a un lado tanto machismo

No sé, qué de todo me enfada más: la imagen o el “aún estás a tiempo”. ¿Perdonad? ¿A tiempo de qué? ¿A tiempo de caer enferma, obsesionada con mi cuerpo porque no doy “el perfil”? ¿De juzgar mi cuerpo porque no cumple con los putos cánones de belleza? ¿A tiempo de que por culpa de campañas como ésta me frustre tanto que me diagnostiquen un trastorno de la alimentación?

Porque, queridos “amigos” del gimnasio Galisport de Sevilla, mierdas como la vuestra son el origen de que decenas de personas, sobre todo chicas jóvenes – ya lo habéis plasmado bien con vuestro dibujito – tengan la autoestima por el subsuelo y caigan enfermas, buscando la aprobación de una sociedad que sólo permite un 90-60-90 perfecto. Que no da tregua. Que exige, sin reflexionar. Y que margina y desprestigia todo aquello que se sale de ese patrón.

Lo que debería ser salud se ha convertido en absurda belleza

Estamos enfermizamente pendientes de cumplir con el canon. La sociedad, las marcas y las redes sociales nos someten a un examen constante... Y sobre todo, recibimos las chicas y lo sé, porque lo vivo en mis propias carnes y yo también me juzgo y me exijo, condicionada por un mundo que difunde mensajes de empoderamiento que se marchitan al lado del mensaje mayoritario, que sigue siendo el “aún estás a tiempo”.

 Ir al gimnasio es una opción de salud, no de estética o belleza. Hacer deporte, en general, es una opción de salud, no de estética. ¿En qué momento, señores publicistas, esto ha cambiado? ¿Por qué hemos empezado a vender frustraciones y futuros trastornos, en lugar de un estilo de vida saludable? Y, además, por supuesto, tienen los santos cojones de representarlo con la figura de una mujer. Y ya estamos cansadas de sentir que tenemos que llegar a unos estándares, impuestos por vete tú a saber quién, para sentirnos guapas, sexys y potentes. Por que eso ya es muy del siglo pasado o del anterior ¿no?

La jodida realidad

Ninguna mujer, tampoco ningún hombre, debería sentirse presionado por “no llegar” a cumplir los patrones estéticos que imponen la sociedad 3.0, la que vive en redes sociales, se comunica con emojis y ha asesinado las largas sobremesas después de comer. Pero la realidad es que nos sentimos presionadas. La realidad es que cientos de mujeres se habrán probado sus vestidos de gala y habrán pensado “aún estoy a tiempo”. Y eso es una pena. El preferir “dar la talla” a querernos y lucirnos tal y como somos es una consecuencia directa del machismo sumergido que no aparece ni con violencia, ni con insultos, pero que te hace pasar hambre para acercarte a ese estúpido 90-60-90.

Y, lo siento, pero no tengo el truco o el consejo definitivo para que esto deje de suceder. Imagino que cada vez más nuevos mensajes, más reales, más acordes con la actualidad van irrumpiendo entre estos mensajes cargados de dinamita patriarcal. Pero los segundos siguen haciendo mucho más ruido, pero también mucho más daño. Ojalá la próxima campaña de Galisport diga algo como: “Operación Feria 2022: Coge fondo en nuestros gimnasios y llega al mes de abril con una resistencia que te haga bailar hasta las 6AM”.

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