Opinión

El parón de los transportistas y la crisis que el Gobierno no quiere reconocer

Imagen de archivo de algunos piquetes durante el parón indefinido  /  Diario de Sevilla
photo_camera Imagen de archivo de algunos piquetes durante el parón indefinido / Diario de Sevilla

El pasado lunes 14 de marzo, la Plataforma en Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional inició un paro indefinido de transportistas. Se trata de una asociación minoritaria y sin representación en la mesa de diálogo del sector con la Administración. Sin embargo, han demostrado ser muy activos y estar bien organizados, puesto que pequeños grupos de piquetes han conseguido paralizar parte de la economía de todo el país.

Tan sólo ha pasado una semana desde que los primeros camiones pusieron “el freno de mano” y las primeras e incipientes, pero devastadoras, consecuencias ya se han podido empezar a cuantificar. No sólo 44 transportistas han quedado detenidos por protagonizar actos violentos, en el marco de un importantísimo despliegue policías con más de 17.000 mil agentes convocados; sino que otros sectores, en concreto los que tienen que ver con el sector primario y de la producción industrial (ganaderos, lácteos, agricultores, siderúrgicas) han empezado a sufrir las consecuencias.

El origen: el precio de la gasolina por las nubes

El origen, aseguran, va mucho más allá que la subida del precio del combustible. No obstante, esta ha sido, sin duda, la gota que ha colmado el vaso. “Llenar el depósito de un vehículo de carga general de 1.000 litros nos cuesta unos 300 euros más que 15 días atrás, algo que a final de mes supondría una subida media de 2.000 euros más por camión en combustible” denunciaba al inicio del paro Manuel Hernández, presidente de la Plataforma en Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional.

Los desorbitados precios de la gasolina y el gasoil han puesto en ‘jaque’ a este sector que, como consecuencia, ha paralizado la cadena de producción de otros ámbitos.

Las incipientes, pero devastadoras, consecuencias

Y como toda acción, esta ha sido la reacción: siendo los problemas con el suministro de mercancías la principal secuela de esta convocatoria indefinida. Ya se habla de escasez en los grandes mercados mayoristas como MercaMadrid, MercaCórdoba o MercaGranada, mientras que industrias como la láctea, la siderúrgica o la hortofrutícola han advertido que tendrán que paralizar la producción si se mantiene el conflicto. En Galicia, otro ejemplo, el sector pesquero, acumulaba este viernes 140 toneladas de materia prima a la que no habían podido darle salida.

Así, las hortalizas procedentes de Almería y los cítricos de la zona del Levante son productos que ya escasean este lunes en MercaBilbao. Y, algunas empresas del sector lácteo, siderúrgico o de la automoción ya han anunciado suspensiones en su cadena de producción ante la situación de bloqueo y colapso que se está viviendo. A los ganaderos también les está afectando en la llegada de recibir materiales para alimentar a los animales y, al mismo tiempo, están acumulando sus productos sin poder enviarlos a los mercados con el peligro de tener que echarlos a perder. 

Con todo, miles de personas se manifestaron este domingo en Madrid contra la ruina del mundo rural. Pronto las empresas y granjas más pequeñas se verán desbordadas. Si llevan meses al límite, pidiendo que sus productos se vendan bajo los costes reales, el paro indefinido de transportistas ha sido la gota que derramado el vaso.

Mientras tanto, nuestro Gobierno…

Y mientras, como si una guerra en Europa, la inflación, como consecuencia, de algunos productos básicos, la llegada masiva de refugiados ucranianos y los problemas derivados de la huelga no fuesen suficiente, nuestro Gobierno lleva una semana buscando culpables. Y disculpen mi osadía, pero quizá ellos se llevan el primer premio en eso de ser los culpables de esta situación... No reconocen a la Plataforma como interlocutores válidos, pero son ellos los que han logrado paralizar al país en menos de una semana. Y sólo aceptan reunirse con el Comité Nacional de Transportes por Carreteras (CNTC).

Paralelamente, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, acusa a los manifestantes de estar movidos por la ultraderecha de VOX. De tratarse de un “boicot contra el Gobierno”. Y miren, sinceramente, creo que a todos nos preocupa más que nuestra economía funcione, que nuestra sociedad viva bajo el prometido “estado de bienestar”, más allá de tachar a los huelguistas de más o menos “fachas”.

Pérdidas de 600 millones de euros

Qué manera de blanquear la situación, tirar piedras fuera y no reconocer que esta panda de “sociolistos”, poco obreros, y, en principio muy españoles, tienen al país desbordado. Lo raro es que no haya manifestaciones todos los días. Y no defiendo los actos violentos, pues tampoco considero que sea el camino, ni las formas, pero ¿esta dilatación en la toma de decisiones?

Amigos del Gobierno…. vuestros paquetes de Amazon también van a sufrir demoras. Lo digo por si con unas pérdidas de 600 millones de euros en el sector primario, industria y distribución alimentaria, como consecuencia del parón, no terminan de entender lo que sucede. Me tomo, además, la libertad de recordarles que, mientras que nuestros ganaderos tienen que tirar la comida ante la imposibilidad de que llegue a los supermercados a la espera de que ustedes deciden con quién se reúnen, hay familias muriéndose de hambre en nuestro país, en la frontera de Polonia con Ucrania, en aldeas de África, la India… Supongo que el bar del Congreso sigue sirviendo sus mejores bocadillos de calamares.

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