Opinión

Anti vacunas con certificado Covid: la gran chapuza sanitaria

Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com
photo_camera Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com

Entre Ómicron y Deltacrón nos ha pasado desapercibida una nueva variante covidiana, esta vez sin mutaciones víricas, pero que puede dar al traste con toda la estrategia de vacunación y con el conjunto de la salud pública. Es la enorme chapuza, chapuzón, que supone la auto diagnosis sin confirmación médica que abre una vía para obtención del “certificado Covid” para todos aquellos que no tienen la menor intención de vacunarse.

Me explico seguidamente.

Pocas veces como hora lo que conocemos como “Estado” en abstracto, como aquella estructura legal y administrativa en la que sobrevivimos, nos ha mostrado su cara más destructora para con las personas, derivada directamente de la propia descomposición que el mismo Estado padece.

En las últimas semanas tenemos señales claras que de todo aquello que creíamos que estaba de manera permanente bajo nuestros pies va desapareciendo a marchas forzadas, y que estamos más solos que nunca frente a la dura tarea de la supervivencia habitual, al menos en cuanto a prestaciones y garantía de nuestros derechos más básicos se refiere.

En cuanto a sanidad, de sacar pecho y cacarear a los cuatro vientos que teníamos la mejor sanidad del mundo, hemos pasado al autodiagnóstico, al autocuidado y sobretodo, a la autofinanciación. Oímos como los gestores públicos ordenan que las personas no se acerquen a los centros de atención primaria en ningún caso porque no les pueden atender, silenciando la razón de que esa terrible situación es consecuencia directa de su gestión criminal para el aniquilamiento de la salud pública. Porque sí, los recortes en sanidad matan.

Hasta el punto de dejadez absoluta hemos llegado que las personas, en sitios pioneros en los recortes salvajes como Catalunya, ahora se auto dan y se auto tramitan las bajas laborales. Algo impensable hace un par de años puesto que tanto nuestro empresariado del pelotazo como el corporativismo médico no hubiera permitido jamás.

Se me ocurrió expresar mis dudas públicamente ante este sistema de justificación de ausencia laboral sin supervisión alguna, porque a nadie se le escapa que, si tu mismo te puedes justificar una semana de ausencia pagada, es posible que haya gente de esta case trabajadora completamente precarizada y hasta las narices de la pobreza en los que los ha subsumido este sistema, aprovechen para tomarse un descanso, para mi, hasta merecido.

Apareció entonces el infantilismo que caracteriza a la sociedad actual y desde importantísimos medios de comunicación han estado días rasgándose las vestiduras ante mi planteamiento, bajo el argumento de que en Catalunya esas cosas no pasan, ya que poco menos que los catalanes somos seres de luz que meamos colonia, y jamás se le ocurriría a nadie quedarse en su casa unos días sin estar enfermísimo.

Pues bien, resulta que esas bajas ahora son el menor problema generado por el sistema de autogestión y dejadez administrativa al que nos enfrentamos.

Saben ustedes que le “certificado Covid” puede obtenerse no sólo mediante la vacunación, sino también si se ha pasado la enfermedad. Se trata del certificado Covid por recuperación, que se otorga a todos aquellos que se han pasado la enfermedad y que han obtenido una PCR negativa al final de la misma. Esto está muy bien, sólo que ahora hay sitios donde ya no se hacen pruebas PCR absolutamente a nadie que no acabe en el hospital ingresado.

Pues resulta que hay en el mundo gente muy ingeniosa, también entre los negacionistas y anti vacunas, que han encontrado en este sistema sanitario basado en la buena fe en lugar de en el control médico, una rendija estupenda para no vacunarse pero poder obtener ese certificado Covid que les permitirá hacer vida normal.

Basta con que llamen a la administración y comuniquen que han sido positivos en un test de antígenos, independientemente de si ese test ha existido o no. Automáticamente, a los siete días obtendrán un certificado oficial que permitirá que esas personas sigan sin vacunar accediendo a todos los espacios supuestamente “seguros” donde la gente cree que quienes están a u alrededor también están vacunados. Ya no hay que molestarse en contrabandear ni en falsificar QRs. Ahora la administración te los da oficiales y con unos días de vacaciones pagadas. Ahora mismo no se yo si hay un tipo penal que recoja tal cosa. Pero es llo de menos porque el daño es mucho mayor que una antijuricidad concreta.

Es una auténtica chapuza que nos pone en riesgo a todos  y todas.

Pero lo que más me alucina es que todos aquellos y aquellas que llevan días criticando a la que suscribe por dudar de la buena fe del pueblo catalán y negando una picaresca que existe en nuestro país, el cual el año pasado batió record de absentismo laboral situándose en más de un 7%,  en lugar de poner el grito en el cielo por el auténtico problema de salud pública, que agrava el ya existente por la pandemia, que está creando la nefasta gestión de todo lo que va más allá de lo que estrictamente hacen por nosotros el personal sanitario.

Es la constatación de la desaparición del estado del bienestar, el cuál ya ni está ni se le espera. Pero es una constatación hecha al son de las palmas de los que se erigen como voceros de una sociedad cada vez más mojigata, inutilizada para ver, y por supuesto, para preocuparse de nada que esté a más de 30 centímetros de la sensible y selectiva nariz de cada uno, incapaz ya de distinguir el olor de la mierda que nos rodea de la que tenemos bajo nuestros pantalones.

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