Opinión

Badalona, la ciudad partida

Paqui la Taqui, by La Perry & El Farru para eltaquigrafo.com
photo_camera Paqui la Taqui, by La Perry & El Farru para eltaquigrafo.com

En los barrios más pobres, incluido San Roque, hermano pequeño de La Mina, ha sido donde menos gente ha votado en las últimas elecciones y los pocos que han votado lo han hecho en masa al próximo alcalde, Albiol.

Pobre de mi ciudad que lleva en los titulares toda la semana como productora de manadas de violadores en serie. Badalona, a veces la segunda a veces la tercera ciudad más grande de Catalunya, pero sin duda, la primera en desigualdad.

Badalona es la ciudad partida. Partida por una barrera física, un puente gigante que separa la Badalona que cuenta, que da al mar lado norte, que toca con las bien estantes localidades de Alella, Tiana y el Maresme a través de su zona más rica que es la lujosa urbanización del Mas Ram, de la Badalona suburbial, la problemática, la pobre, la de por encima de la autopista que es frontera con San Adrián, y que concentra cuatro de los barrios más pobres de Catalunya en un espacio muy reducido.

“¿Qué está pasando en Badalona?” se preguntan últimamente todo tipo de gente de todos los sitios, como si Badalona fuera una localidad desconocida y no uno de los sitios por los que más personas pasan cada día de toda Catalunya y España. La mayoría de las personas que viven en el área metropolitana de Barcelona han ido alguna vez a Badalona, por múltiples razones, casi siempre relacionadas con el ocio, pero claro, ¿a cuál de las Badalonas han ido? Obviamente, a la bonita y rica.

Esa es la razón por la creo que los casos de violaciones grupales están causando casi más impacto en la gente de fuera de la ciudad que en los badaloninos y badaloninas. Y para muestra un botón. En la concentración de apoyo a la víctima de la última violación grupal conocida se juntaron en la Plaça de la Vila no más de 50 personas. La ciudad tiene 230.000 habitantes, y sólo 50 personas acudieron a la protesta, de los cuáles más de la mitad eran carguillos políticos de otros lugares que habían venido a salir en la foto, como la nefasta consellera de “Feminismes” Tania Verge, a la que no me imagino, ni por asomo, dándose un paseo por San Roque. Se infarta la pobre.

Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com
Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com

Y eso es porque las repetidas violaciones grupales no están pasando en Badalona, sino en la Badalona pobre, y no hay interrelación entre la dos Badalonas, al menos no ahora. Sí la hubo, de una manera muy concreta, desde los 80 más o menos hasta la crisis del 2008. Pero desde entonces, lo que pasa por encima del puente no le importa a los que viven del lado playa, incluidos los políticos que ocupan el ayuntamiento. También pasa de contrario.

De un lado, la gente que vive en barrios no degradados, que no ha recibido inmigración masiva gestionada de manera infernal, y cuyos niños y niñas ni tiene una tasa de absentismo escolar del 50% y un nivel de infraviviendas o viviendas ocupadas de más del 60%. Tiene todos los servicios y todos los recursos de una gran ciudad, y hasta una playa recuperada que debe ser de las mejores del área metropolitana. Discotecas de éxito y restaurantes de renombre, zonas comerciales de primerísimo orden y sitios muy bonitos como la Rambla. Un gran lugar.

Pero la otra gente, a la que puedes encontrar simplemente cruzando una calle, vive en lugares donde no hay la más mínima presencia de la administración, ni local ni ninguna. Ni si quiera de la policía, que convierte esos barrios en una especie de territorio en el limbo donde opera la ley del más fuerte.

Ahí es donde se han criado los jóvenes machos que integran las manadas de violadores en serie que últimamente tiene a la sociedad alucinada, como si no fuera previsible que de ese abandono y muerte provocada de esos territorios no fuera a surgir algún problema y gordo.

Todos los alcaldes y alcaldesas de Badalona desde al año 2000 aproximadamente han sido un completo desastre para la ciudad desde el punto de vista de equilibrio territorial entre zonas más y menos favorecidas. Unos por xenófobos y racistas, otros por permisivos happy flowers y otros directamente por inútiles de campeonato que se encontraron en la alcaldía de rebote, el resultado ha sido un municipio con unos guetos donde la violencia en todas sus formas campa a sus anchas, y donde, y esto es casi más graves, el resto de la población del municipio apoya la “extinción del problema” por la vía del populismo y la “limpieza”, como si lo que viviera allí no fueran personas igual, que por cierto, también pagan impuestos.

En los barrios más pobres, incluido San Roque, hermano pequeño de La Mina por cierto, ha sido donde menos gente ha votado en las últimas elecciones y los pocos que han votado lo han hecho en masa al próximo alcalde, Albiol.

Otro día hablaremos del porno, de la violencia sexual, de la falta de educación y de la falta de oportunidades de la gente que cae en esos lugares condenados al infierno social por la mala gestión política, del papel de la inmigración y dentro de ella, de los valores que transmiten aquellas culturas para las que las mujeres realmente no vale nada, y lo que tiene que ver todo eso en el fenómeno de las manadas en serie. Pero hoy no puedo dejar de pensar en los miles de convecinos y convecinas que hace dos semanas votaron contra sus otros vecinos y vecinas, casi al grito de “a por ellos”.

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