Opinión

Maleteros

Paqui la Taqui, by La Perry & El Farru para eltaquigrafo.com
photo_camera Paqui la Taqui, by La Perry & El Farru para eltaquigrafo.com

Por ridículo y “peligroso que nos parezca Puigdemont, hay que reconocerle que en su maletero jamás se transportó a ningún condenado a muerte por la particular “justicia etarra”.

A nadie se le escapa que, en esta época del año, ese pequeño espacio trasero de los coches cobra vital importancia. Y eso que, gracias a las abusivas políticas de las compañías aéreas, siempre amparadas por la unión europea, ya nos hemos acostumbrado a viajar casi con poco más que unas bragas limpias y un desodorante en el bolso.

Hay que reconocer que también hay gente que ha inventado la ingeniería de la maleta pequeña, y ha plagado las redes sociales de videos, ahora más conocidos como “tutoriales” en los que alguien mete fácilmente para una semana donde a ti no te caben ni unos calcetines, mientras sonríe a la cámara y te hace sentir muy imbécil.

Personalmente una de las tres cosas que más odio en la vida es hacer maletas. Y como Kasandra, que en su don llevaba su castigo, yo en mi pecado llevo mi penitencia, porque para mí cualquier viaje es poco. Pero ahí va también la fastidiosa maleta. Y no sólo me fastidia por la evidente falta de espacio, sino porque hacer una maleta implica empezar un viaje con un acto de planificación premeditada, proyectando lo que te va a apetecer ponerte en los próximos días.

La planificación implica, por ende, estrés, para mi por lo menos, y no hay nada que pegue menos con un viaje que el estrés. Aunque sea de trabajo.

Debe ser por eso que unos de mis medios favoritos para viajar es el coche, por lejos que sea.

No tengo que estar a una hora en sitio, ni hacer cola, ni identificare, ni compartir espacio con varios cientos de personas (menos aún en esta época), pero sobretodo, porque no hay ningún problema de espacio. Al menos no para las maletas.

Porque claro, no pensamos casi nunca que alguien pueda elegir el maletero de un coche para viajar dentro de él, y, sin embargo, la persona que tiene ahora mismo en sus manos el futuro de los 44 millones de españolitos y españolitas lo puso “de moda” por allá por 2017.

Nuestro indescriptible ¨President Puigdemont¨ salió del territorio nacional justamente en ese espacio del coche tan exótico para viajar, como todo el mundo sabe, aunque en Catalunya no se pueda decir mucho, a riesgo de que te desaparezcan fulminantemente de la parrilla televisiva. Ya saben que aquí el “fascismo” solo se reconoce si se viste de verde, pero no si viene enrollado en una bandera similar a la de Puerto Rico.

Y sin embargo fíjense, que esto va de maleteros últimamente, porque otros que también van a mantener al inquilino en la Moncloa, eran muy colegas de otros que también tenían gusto por la utilización de los maleteros para transportar pasajeros. Sólo que los viajes que hacían los señalados y odiados por los amigos de los que hoy se llaman EH Bildu, no acababan precisamente en Waterloo, sino en un zulo o en un barranco previo tiro en la nuca.

Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com
Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com

Esto hay que recordarlo porque, por ridículo y “peligroso que nos parezca Puigdemont, hay que reconocerle que en su maletero jamás se transportó a ningún condenado a muerte por la particular “justicia etarra”, esa que los demócratas de EH Bildu aún no han tenido a bien condenar. Al menos no los que ahora viven de presupuesto público, que también pagan las familias de sus víctimas, sin que hayan conseguido absolutamente nada de aquello por lo que, en teoría “luchaban”.

No seré yo quien defienda a Puigdemont ni al independentismo catalán en ningún caso, pero hay que reconocer que, entre maleteros y maleteros, hay diferencias.

Comentarios