Opinión

Las niñas invisibles

Paqui la Taqui, by La Perry & El Farru para eltaquigrafo.com
photo_camera Paqui la Taqui, by La Perry & El Farru para eltaquigrafo.com

Nuestras niñas y nuestras adolescentes se quieren matar, se intentan matar el triple que sus compañeros varones, piden ayuda, dan muchas señales, pero nadie las ve, ni siquiera en los estudios científicos. Y algunas no aguantan más.

Hace unos días se publicaba un estudio sobre el aumento de las tentativas de suicidio en los adolescentes entre los años 2018 y 2022. Las cifras eran terribles. Una media de cuatro intentos de suicido diarios.  Y un dato aún más relevante, que es que mientras que entre los chicos las cifras habían pasado de 100 a 225 intentos de suicidio, entre las chicas adolescentes las tentativas de quitarse la vida durante el mismo periodo habían pasado de 400 a 1.200.

El estudio lo había realizado el Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell, y lo estaba exponiendo en una entrevista radiofónica el director del estudio.

Cuando el locutor le preguntó al investigador qué razones podían dar sobre el incremento mucho más acusado en los intentos de suicidio entre las chicas que entre los chicos, el entrevistado no supo qué contestar. Todo un científico balbuceó frases inconexas que no decían nada durante varios minutos para acabar reconociendo que es que ese dato en concreto no lo habían estudiado aún.

El aumento de suicidios y de tentativas ha aumentado en general en todo el mundo los últimos años, mucho más para lo jóvenes. Sin embargo, las cifras de los chicos están mucho más acordes a las cifras generales que no las de las chicas, que tal y como demuestra este estudio, están disparadas.

Sin embargo, a este grupo de científicos, que la variante del sexo de la población estudiada conlleve triplicar los intentos de suicidio no le parece un dato relevante para investigar el por qué de esa señal de alarma.

No creo que pase lo mismo en cualquier otro estudio científico, la verdad. No me imagino a un grupo de investigadores de las enfermedades de miocardio, por ejemplo, obviar que las personas con sobrepeso puedan correr un riesgo mayor de sufrir un infarto que no las personas con un peso medio. No me los imagino obviando el hecho ni me los imagino no estudiando las causas y las consecuencias del mismo.

Sin embargo, obvian un aumento de más del triple de posibilidades de quitarse la vida entre las chicas adolescentes que entre los chicos. Obvian que, igual que el sobrepeso es un factor de riesgo para las enfermedades del corazón, ser una chica adolescente hoy es un factor de riesgo grave para sufrir las enfermedades mentales que pueden acabar con el suicidio de nuestras chicas y las niñas.

Después de presentar las bondades del estudio y de no saber explicar el por qué de que las chicas se intenten matar el triple que los chicos, el investigador entrevistado anunció la medida estrella para prevenir estas situaciones que es que van a impartir unos “talleres” en los institutos, no para la prevención del suicidio sino para intentar enseñar a los chavales y chavalas a gestionar sus emociones.

Y yo me pregunto ¿de qué van a servir unos minicursillos que van a salir de un estudio si no se va a tener en cuenta el principal resultado del mismo, que es que las chicas se intentan suicidas más del triple de veces que los chicos?

Llegan tarde y llegan mal. Pero sobre todo llegan rematadamente mal cuando tienen en la mano una prueba científica de que algo ocurre con las niñas y no van a hacer nada al respecto porque ni siquiera se han parado a estudiarlo, ni parece que tengan intención de hacerlo.

Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com
Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com

Lo que pasa con las niñas lo sabemos muy bien las mujeres que lo denunciamos a diario. La violencia de todo tipo, las imposiciones del género ahora legalmente por la Ley Trans, la dictadura de la imagen, la precariedad y la pobreza, el acoso sexual y buylling escolar, que también sufren mucho más las niñas que los niños.

Nuestras niñas y nuestras adolescentes se quieren matar, se intentan matar, piden ayuda, dan muchas señales, pero nadie las ve, ni si quiera en los estudios científicos. Y algunas no aguantan más.

En las últimas horas, tres de ellas se han ido. Ya es tarde para Paola, de 17 años (Tarragona) y es tarde para las pequeñas gemelas de Sallent. También lo fue en su momento para Kira, 15 años (Barcelona). Todas ellas invisibles hasta que de verdad se volvieron invisibles.

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