
El sumun de la justicia poética es que al final, a Pedro Sánchez Navaja, le ha pasado lo mismito que al de la canción. Se lo ha cargado una mujer, que somos todas.
En este momento, no puedo imaginar una mejor alegoría de nuestro líder salvador presidente del gobierno, Pedro Sánchez, que la canción del gran Rubén Blades. Bueno, en realidad era Pedro Navaja o Novio a la Fuga, porque lo de la rueda de prensa doce horas después del castañazo electoral para decir que hasta aquí habíamos llegado, fue exactamente eso, una fuga al más auténtico estilo de “El Lute”. Ya saben, camina o revienta. Pues así mismo.
Madre mía, que mala resaca de la fiesta de la democracia ha tenido nuestro presidente.
Pero como Pedro Navaja, con las manos en los bolsillos para que nadie sepa en cuál de ellas lleva el puñal, lo sacó, y no veas como lo clavó. Al primero que se lo clavó fue al que durante un ratillo se creyó de verdad que iba a ser alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, el candidato del PSC en mi querida ciudad natal condal, ya se veía con la vara, obligando a los colauitas a devolverle los votos que tan “a contra cor” le había dado el hace exactamente cuatro años. Eso, los votos de ERC y ya estaba todo hecho.
Pero llegó Pedro y sacó a la navaja y se la acabó clavando, como siempre a sus más fieles seguidores. No importaba que sólo setenta y dos horas antes, el propio presidente hubiera venido justamente a Barcelona a cerrar la campaña electoral como si le fuera la vida en la Copa América. Con el adelanto electoral navajeó cualquier remota posibilidad de pacto que llevara a Collboni a la alcaldía. ¿Le importó? A Collboni supongo que sí, ¿a Pedro? Seguramente si le pregunta alguien le dirá que quien ese y que para él PSC es un equipo de fútbol de París.
Luego, del otro bolsillo sacó el puñal que les clavaría a los senadores y diputados en su discurso de despedida, porque de despedida fue. Pero de despedida sólo de los senadores y diputados de sus respectivos sillones. Lloraban, decía la prensa. Pues claro, ¿no van a llorar? ¡Si no les ha dado tiempo ni a pillar el lote de navidad del congreso de este año! Pero así es Pedrito. Tiene prisa, ya no le gusta el panorama, saca la navaja y corta por lo sano.
Sin embargo, el sumun del karma, de la casualidad o de la justicia poética es que al final, a Pedro Sánchez Navaja, le ha pasado lo mismito que al de la canción. Se lo ha cargado una mujer. Una mujer que somos todas las que llevamos años diciendo que no, que esto no va a sí, y que por mucho tumbao como el tumbao que tienen los guapos al caminar que tenga el presidente, a nosotras no nos la pega.
Nos ha ignorado, nos ha borrado, nos ha insultado y hasta nos ha desaparecido, porque ahora cualquier señor barbón es una mujer. Pero como dice el temazo, quien ha hierro mata a hierro termina, y Pedro Sánchez Navaja, ha recibido alto y claro el mensaje de contra las mujeres no se puede gobernar. Mensaje en forma de tiro certero con resultado de muerte social. Es justo, estamos igual.
Pero bueno, quien sabe, como la vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida, igual acabamos viendo al presidente, más pronto que tarde, de secretario general de otra cosa que nos sea el PSOE, no sé, por ejemplo, se me ocurre…la OTAN.