Opinión

La última ocurrencia de Anita la Fantástica

Anuncio del «Diario de la Marina», publicado el 3 de febrero de 1846
photo_camera Anuncio del «Diario de la Marina», publicado el 3 de febrero de 1846

Ana Obregón ha hecho la mejor campaña contra los vientres de alquiler que yo misma nunca pude imaginar y, de paso, ha conseguido que recordemos que el Partido Popular nunca ha sido ni será feminista.

Lo cierto es que nunca llegué a imaginar que la foto de la “Mala Gente” la iba a publicar el Hola en portada como exclusiva. Es verdad que las revistas del corazón están trufadas de compra niños a los que presentan como personas respetables y no como explotadores de mujeres y adquirentes de bebés, que es lo que en realidad son. Sin embargo, esta vez no contaban con la misoginia de la gente.

Las fotos de la Obregón han presentado al mundo exactamente la cara de los vientres de alquiler que los que están a favor de esta industria criminal se afanan siempre en ocultar. La prueba evidente de que ni todo el neolenguaje y el marketing del mundo puede ocultar qué es de lo que se trata en realidad lo que se llama vergonzosamente “gestación subrogada”.

Lo que hay básicamente son malas personas. Malas personas que, por un lado, son capaces de pisotear a cualquiera con tal de satisfacer sus caprichos, y capaces de aprovecharse de las situaciones de vulnerabilidad extrema de las mujeres en cualquier parte. Malas personas a las que lo primero que les importa un rábano es en bienestar de la personita que han adquirido, igual que se adquirían los esclavos en los puertos cuando los descargaban de los barcos negreros. Como trozos de carne con ojos que debían cumplir una función. Recoger algodón o servir de terapia psiquiátrica, que más da, el resultado es el mismo. Son esclavos.

Y esto, que tan oculto está siempre en este negocio, nos ha asaltado desde la silla de ruedas en la que sacaban a Anita cumpliendo la última de sus fantasías. Ha adquirido una niña y dice que es madre. Cualquier parecido de eso con la maternidad es imposible.

Pero esta vez la gente ha reaccionado porque, una cosa es que hombres guapos famosos y gais como Miguel Bosé, Ricky Martin o Javier Cámara exploten mujeres, como se ha hecho toda la vida, y otra muy diferente es que una mujer vieja y decrépita, enferma y totalmente destrozada, pretenda equipararse al ideal de madre joven y entregada como dios manda. Y la misoginia estalló. Y gente a la que jamás le había molestado en absoluto la explotación reproductiva de las mujeres y la trata de bebés, se ha puesto las manos en la cabeza. “¡Pero si es vieja!” “¡Con esa edad!”. Y así todo el rato.

A todos esos les tengo una noticia. Los vientres de alquiler son igual de abominables en todos los casos, no importa la edad del comprador ni sus circunstancias personales. Siempre son Mala Gente.

Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com
Opinión de Núria González para eltaquigrafo.com

Sin embargo, hay que reconocer que Ana Obregón en su delirio ha provocado dos cosas muy útiles para las mujeres. Por un lado, ella solita ha orquestado la mejor campaña contra los vientres de alquiler que yo misma nunca pude imaginar y, por otro, ha conseguido que recordemos que el Partido Popular nunca ha sido ni será feminista.

Y esto último no es menor cuando en los últimos tiempos hemos visto al Partido Popular querer fingir ser cobijo de feministas y de sus reivindicaciones, incluso abriéndoles las puertas de los salones de visitas del Congreso y dejando que pisaran un poco las moquetas del poder.

Ha tenido que llegar Anita la fantástica, más que cercana a Partido Popular de Madrid a provocar que les saliera el colmillo machistorro y del negocio a los derechones de siempre y que les brillara bien visible, para, paradójicamente, dejar de deslumbrar a algunas que habían creído que habían encontrado refugio electoral. Les ha faltado tiempo a los peperos para subirse al carro. Nunca vi a nadie perder tantos posibles votos en una sola intervención.

Al menos eso hay que agradecerle a Anita. Todos los partidos políticos han fallado a las mujeres de este país. Todo el sistema falla continuamente a las mujeres de este país. Y no habrá refugio alguno, ni electoral ni de ningún tipo, si no empezamos por derrocar la conciencia social que tiene inoculada la misoginia desde la noche de los tiempos. Y hace falta mucho más que votar para conseguirlo.

Mientras sigan habiendo Anitas.

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