Opinión

Cobardías

En julio de 2020, respondiendo a Casado en un pleno del Congreso, Pedro Sánchez declaró solemne que el conjunto de ciudadanía española ya había vencido al virus. Concreta y exactamente dijo: “Yo creo que tenemos que sacar algunas lecciones de esta pandemia. La primera de ellas es que acertamos cuando estamos unidos; unidos las instituciones, todos los grupos parlamentarios y el conjunto de ciudadanía española hemos vencido al virus”-

Casi un mes después de esa intervención, en un mitin en Bilbao el 5 de julio (minuto 40:05 del vídeo), Sánchez repetía el mismo mensaje: “Hemos derrotado al virus y controlado la pandemia y doblegado la curva porque el Gobierno de Euskadi y España hemos trabajado juntos y unidos”.

Cuando esto escribo, el coronavirus en España (según las cifras oficiales) rebasa el millón de afectados. Así pues, es evidente que Sánchez o es tonto, o nos toma por tontos, o es un irresponsable. O peor, es un cínico irresponsable.

Particularmente me recuerda a esas soflamas de los dictadores de cualquier época, bien en el ágora, en el foro, en las plazas con “muchedumbres espontáneamente reunidas para escucharlo” o en las comparecencias televisadas más cercanas.

En la época más dura del comunismo soviético pude viajar a Moscú y Stalingrado. Y ahí comprobé que el pueblo estaba hasta las narices de sus dirigentes. Ya se habían acostumbrado a las mentiras, pero empezaba a notarse un malestar general por la falta de cosas básica.

En España aún no nos faltan esas cosas básicas, pero la economía se está yendo al garete, la sanidad empieza a estar colapsada, la gente se está muriendo, faltan pruebas de detección rápida y todo aquello que se podía gestionar bien, se está haciendo mal, rematadamente mal.

Mientras tanto, se aprovecha el caos para dar una puñalada trapera a la independencia judicial. Pompoff y Teddy presionan para obtener un cambio en el Consejo General del Poder Judicial. La moneda de cambio es el propio Iglesias. Sánchez, como en el cuento de Pedro y el lobo, amaga con acabar con la independencia judicial “exigida” por Iglesias sometiendo (aún más) a los jueces al arbitrio del poder legislativo. Eso ya venía en el ADN de los podemitas, pero no en el de Sánchez.

Europa ya le ha dejado claro a Sánchez que esa reforma no va a ser posible e inmediatamente intenta el pacto con Casado. Éste ofrece la alternativa de la libertad absoluta de los jueces para elegir su órgano de gobierno. Cosa que no estaba en el guion y descoloca a Sánchez. UnidasPandiamos (no es una errata) se la envaina y no dice ni mu. Sánchez tampoco dice ni media palabra. Y mientras tanto, la vida sigue igual que decía el Gran Julio. Es decir, el coronavirus galopando como uno de los cuatro jinetes del Apocalipsis y todos preocupados por los jueces. Especialmente el ciudadano representante de la casta más casposa llamado Pablo Iglesias.

El prestigioso New York Times el 9 de abril calificó a la sanidad pública como una gran fabulación política. Sin movernos del mismo medio, el 31 de agosto de 2020 el titular era “‘Allá vamos otra vez’: España vive una segunda ola de coronavirus

El mismo NYT, el 27 de septiembre, refiriéndose a España, decía: “La incompetencia política puede ser tan mortal como la Covid19″. "Nada ha ayudado más a la expansión del virus que su propia incompetencia de sus políticos".

Y para remate, el Papa Francisco en la visita de estado de Sánchez le suelta a la cara a Sánchez (sin referirse a ninguna fuerza política en concreto): “Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria”. Las ideologías, según el Papa, “sectarizan y deconstruyen la patria, no construyen

En cuanto a la gestión económica, a principios de septiembre, la Comisión Europea desmintió a Pedro Sánchez: "No hay vinculación" entre nuevos Presupuestos y recibir los fondos. Sánchez establecía que era necesario necesario tener nuevas cuentas del Estado para 2021 para "abordar" el nuevo maná europeo, siendo este extremo una mentira más.

Mientras Sánchez se fue de vacaciones de lujo, la Universidad de Cambridge y The Economist criticaban la gestión económica de Sánchez.

Eso en cuanto al Presidente del Gobierno de España, porque si bajamos el escalafón, no acabo de entender qué hace el vicepresidente Iglesias intentando cargarse de forma pública la primera institución del Estado español como es la Jefatura del Estado. En absoluto soy monárquico, pero…

¿De verdad no hay mejor momento para hacerlo que ahora mismo?

¿De verdad se tiene que perder el tiempo –ahora más valioso que nunca- en una moción de censura que solo ha servido para una cosa, que no es la deseada por VOX?

¿De verdad se tiene que renovar el CGPJ ahora de la forma en que lo quieren hacer esos dos?

¿De verdad es necesario ahora delegar en las comunidades autónomas la gestión de la peor crisis española desde la guerra civil cuando se ha demostrado que la respuesta debe ser única para todo el territorio nacional?

¿De verdad que ahora tienen que jugar todos a ver quién saca más tajada para sus respectivas comunidades autónomas y el otro entrar al trapo?

Si en primavera, siendo menor la oleada, fue decisivo el mando único, ¿tan grande es la cobardía de Sánchez para no ejercer de líder (eso que se cree que es) y escurre el bulto para diluir responsabilidades?

Presidente Sánchez, Vd. quiso ser presidente del Gobierno de España. Asuma el cargo y haga lo que debe sin más cobardías y mentiras. Si es un pobre incapaz y lleva meses demostrando que lo es, deje el sitio a alguien más capacitado. Nuestras vidas y nuestra supervivencia están en sus manos.

“El hombre que duda y teme en el momento de realizar el ideal que predicó y no tiene coraje para mantenerse en su puesto de peligro, o es un farsante o es un coitadiño.”
Castelao

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