
Del mismo modo que la Primavera llega cuando lo anuncia urbe et orbe El Corte Inglés, en Barcelona también gozamos de voceros más o menos oficiosos. Sin embargo, hay un hecho en Barcelona que recientemente se ha convertido en oficial. Nuestra Señora de la Inmaculada Postergación Ada Colau ha decidido que Barcelona es oficialmente insegura y a tal fin ha vuelto a convocar la Junta de Seguridad.
En el primer trimestre de 2019 Barcelona vio incrementado su índice de criminalidad en 48.363 infracciones penales. En el mismo período del año 2018 “solo” sufrimos 43.979. Esos datos, se computan con datos provenientes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías autonómicas y policías locales que proporcionan datos al Sistema Estadístico de Criminalidad. Los Indicadores estadísticos de criminalidad utilizados por la Oficina Estadística Europea (EUROSTAT).
La cifra del total de delitos cometidos en Barcelona ciudad la publicó el Ministerio del Interior en abril. Y en abril, según la Sra. Colau no existía delincuencia en Barcelona. No es hasta el 18 de abril que la alcaldesa de Barcelona convoca al antiguo portero de discoteca y actual consejero de interior de la muy activa (legislativamente hablando) Generalitat de Cataluña para solicitarle mayor presencia policial. Buch, pegó la espantada de costumbre y no asistió. Ninguno de los dos es capaz de imaginar lo mucho que les agradecemos a ambos que sean tan incapaces de ponerse de acuerdo para velar por una cosa tan básica como la seguridad ciudadana.
Ya sé que va a parecer una perogullada, pero el primer trimestre del año lo forman tres meses: enero, febrero y marzo. ¿Por qué casi todos nuestros gobernantes corrieron un tupido velo durante esos meses? Porque en mayo fueron las elecciones municipales y a ninguno de los dos responsables de poner remedio les interesaba sacar a relucir sus vergüenzas en este tema.
Volviendo a las cifras, los hurtos en Barcelona en los tres primeros meses de 2018 fueron 24.562. En el mismo período de 2019 la cifra ha sido de 26.836. Un incremento de cerca de 2.300 hurtos. ¿Por qué fijarse en los hurtos? Porque es el tipo penal que más se sufre: los robos en el metro son un buen ejemplo.
Para que nos hagamos una idea con más perspectiva. En Madrid, los hurtos cometidos de enero a marzo de 2018 fueron 28.292 y en el mismo lapso de tiempo de 2019 la cifra es de 30.206. No hay mucha diferencia de Madrid a Barcelona, ¿verdad? Sin embargo sí existe una cifra que lo cambia todo: Madrid cuenta con 3.223.334 de habitantes censados. Barcelona con 1.620.343. Casi la mitad de censados en Barcelona y nuestra criminalidad roza la de Madrid.
Tenemos lo que votamos: gobiernos infantiles con actitudes pueriles
Cuando intervine a este respecto y en el mismo sentido en el programa de RN4 “De boca a orella” dirigido por Silvia Tarragona tuve que apretar mucho los dientes con la intervención que me precedió. Se trataba del jefe de los Mossos para el área de Barcelona que tuvo el valor de negar que el incremento fuera significativo y que en todo caso no disminuiría la delincuencia con más presencia policial en las calles. Digo yo que estaría anticipando la necesidad de la guardia de corps del amigo Torra, tan amenazado él…
La seguridad en Barcelona capital ya es un drama. Si abrimos el foco hacia el área metropolitana las cifras son todavía peores. La responsabilidad de la seguridad es de nuestros gobernantes, los que elegimos nosotros. Así que cuando hayan elecciones, las que sean, para variar un poco pensemos con algo de sentido común y comprobemos quiénes han garantizado más y mejor aquellas nuestras necesidades básicas cuya regulación depende de los políticos. No me refiero a las promesas, si no a lo que se ha demostrado o a aquellas ideas que sean realizables de forma más objetiva. Menos grandilocuencia y más “real politik”, más pragmatismo.
Mientras tanto y citando a Gomaespuma, todo lo que no sea solvencia contrastada serán “promesas vanas y oropel vacuo”. Tenemos lo que votamos: gobiernos infantiles con actitudes pueriles que se limitan a mirar para otro lado cuando alguno de nosotros les conmina a aplicar soluciones reales. Si Eduard Pujol dijo aquello de que las camas de hospitales distraen de la independencia no les cuento lo que puede significar el incremento de la violencia para el portavoz de JxCat en el parlamento catalán. Para quienes no lo identifiquen, el inefable Eduard Pujol, es ese señor alto, calvo, con barba y pinta de hermano gordopilo de su anterior jefe Jordi Basté y cuyos principales méritos son el haber sido periodista deportivo y director de contenidos del gabinete de prensa del FC Barcelona. Esos logros le bastaron para alcanzar la portavocía de JxCat en la cámara legislativa (¿legislativa?) catalana. Para entendernos, es el que en enero de 2018 anunció muy angustiado que le perseguía un señor en patinete.
Repito, a nuestros gobernantes los elegimos nosotros. Como dice mi esposa cuando amenaza tormenta: “Vds. mismos…”