
El panorama para Driss Oukabir se complica. La declaración de los agentes de Mossos d’Esquadra y Guardia Civil encargados de analizar el contenido de su teléfono móvil pone en una situación comprometida al acusado, que siempre ha mantenido su inocencia.
La misma tarde en la que se produjo el atentado de Las Ramblas (Barcelona), Oukabir eliminó y reinstaló de nuevo la aplicación de mensajería instantánea Whatsapp. El borrado masivo de archivos en el teléfono ha imposibilitado la recuperación de algunas de las conversaciones que hubiesen resultado cruciales para la causa, entre ellas las que mantuvo con uno de los terroristas de Cambrils, su hermano menor, Moussa Oukabir.
La notificación en su cuenta de correo electrónico de un inicio de sesión desde otro dispositivo distinto al habitual hace pensar a los investigadores que Driss Oukabir utilizaba al menos dos terminales de los cuales uno de ellos no se ha podido recuperar. Además, en su dispositivo los agentes encontraron varias imágenes de personas encapuchadas portando armas de asalto y cintas con inscripciones en árabe en la frente con las palabras “brigadas” y “resistencia” así como la imagen de una hilera de todoterrenos con combatientes portando armamento pesado que recuerdan a la propaganda del Estado Islámico.
Pero además, el historial de navegación y las visualizaciones de Oukabir han revelado un gran interés por los atentados perpetrados en Occidente, la yihad islámica y contenidos relacionados con Daesh. Incluso se encontraron búsquedas relacionadas con el ataque de Las Ramblas. Llama la atención que algunas de sus consultas fuesen “El Corán justifica matar cristianos”, “Qué es lo que el Islam dice sobre el terrorismo” o “por qué el Estado Islámico no comete atentados en España”. Asimismo, el acusado consultó maquinaria de obras públicas a pesar de no tener ningún tipo de licencia ni noción sobre el manejo de las mismas. Mientras los agentes enumeraban las decenas de páginas de contenido extremista visitadas por el acusado y que podrían vincularlo con la corriente salafista yihadista, Driss Oukabir ha comenzado a gritar provocando la interrupción de las declaraciones de los agentes durante unos minutos. ¡Está mintiendo!, ha espetado Oukabir al perito desde el otro lado de la mampara de cristal. “¡Usted se calla y aguanta todo! Ya tendrá su oportunidad para decir lo que quiera.", ha sido la tajante respuesta del juez a la protesta del acusado.
Los peritos también han revelado una posible e inquietante relación entre la búsqueda que Driss hizo del atentado en la discoteca Pulse de ambiente gay de Orlando (EEUU) y una fotografía del Orgullo de Madrid en la que aparecen marcados los puntos de seguridad de la celebración. Además, los investigadores han mencionado que desde el portátil de Es Satty se visionaron webcams del centro de la capital el 30 de junio de 2017. El World Pride tuvo lugar ese año entre el 23 de junio y el 2 de julio.
Otra de las búsquedas de Oukabir coincide en temática y tiempo con las de su homólogo, también acusado, Houli Chemlal. Entre mayo y junio se consultaron préstamos urgentes de dinero sin que se conozcan los motivos por los cuales ambos necesitaban estos créditos express.
Con respecto al tercer acusado, Said Ben Iazza, los investigadores solo han encontrado resultados de finales de agosto de 2017 sobre noticias relacionadas con los atentados de Barcelona y Cambrils que comenzaron a registrarse el mismo día en el que se le tomó declaración por primera vez en calidad de testigo.
En contra de lo esperado, el juicio no quedará visto para sentencia hasta la vuelta de las festividades navideñas a falta de la declaración de una decena de peritos. “Hasta el 2021. Cuídense durante estos días” han sido las palabras con las que el polémico magistrado se ha despedido de la sala anunciando así el aplazamiento de un juicio que previsiblemente se retomará a mediados de enero.